El plan de inclusión de la comunidad gitana empieza su segunda fase en el barrio de Recimil

El plan de inclusión de la comunidad gitana empieza su segunda fase en el barrio de Recimil
Celebración del día dedicado a la gastronomía gitana, en diciembre, en el Centro Cívico de San Pablo | cedida

El plan de inclusión de la comunidad gitana que lleva a cabo el Concello de Ferrol en los barrios de San Pablo y de Recimil ha entrado en una nueva fase, en la que el programa intensivo se traslada al segundo de los barrios. En el primero se ha estado trabajando desde octubre con asistencia semanal y talleres de habilidades sociales, competencias digitales o capacitación laboral. Con la colaboración de agentes sociales y de los centros educativos de San Xoán y de Catabois se ha incidido en cuestiones como la vivienda, el absentismo escolar, la mejora de la convivencia y la inclusión social y laboral. 
 

El resultado ha sido muy bueno, según el propio criterio del equipo que ha participado (incluyendo trabajadoras sociales, una orientadora laboral, una psicóloga y una coodinadora) y de los usuarios, que se han volcado en las iniciativas. “O recibimento foi óptimo e a predisposición para poder realizar os diversos obradoiros e a implicación neles foi comprometida e positiva desde o principio”, recoge la memoria.
 

“As actividades e intervencións no barrio de San Pablo sentan, por unha banda, a base do camiño para a continuidade dun proxecto de intervención comunitario e, por outra banda, a necesidade de abrir ese camiño aos recursos comunitarios fóra do barrio”, añaden.
 

A partir de ahora, esta fase intensiva se traslada a Recimil, donde se prevén más complicaciones, mientras que la atención ya en marcha se centralizará en la Casa Solidaria. En las conocidas como Casas Baratas hay una mayor dificultad, fruto de una convivencia más deteriorada. “Recimil es más complejo, vamos a ver qué podemos hacer”, apunta la concejala de Benestar Social, Eva Martínez Montero. “Con el POS Social trabajamos en su momento con 26 vivienda sociales. Vamos a retomarlo y ampliarlo”, indica. 
 

La edila confirma que pedirán la continuidad de las ayudas para el plan de inclusión –el actual concluye en abril– para mantener en el tiempo los logros. “Son programas cortos, cuesta mucho su tramitación, pero no podemos renunciar porque podemos tener intervenciones que dan sus frutos”. Valora además que estas experiencias permitan dar un trato personalizado, trabajando de forma individual, integral y transversal.

 

Participación

En San Pablo se llevaron a cabo cuatro talleres y una intervención sociocomunitaria. Hubo 27 usuarios (7 hombres y 20 mujeres) y unos 90 participantes en las actividades propuestas, incluyendo el gran éxito de la jornada dedicada a la gastronomía gitana, en diciembre, colofón del taller de alimentación y salud.
 

También se propusieron talleres de uso de móviles con fines de seguimiento escolar, para poder utilizar aplicaciones como Abalar (de comunicación con los centros) o Edixgal (para la educación en línea y con libros electrónicos), entre otros. Hubo un curso de alfabetización de adultos y otro de creatividad y expresividad realizando trabajos manuales a partir de residuos y potenciando las relaciones grupales. 
 

También, ya dentro de las propuestas específicas para la inserción laboral, se llevó a cabo un taller de autoconocimiento bajo el título de “Valorízate”, con el objetivo de formarse una imagen realista de sí mismo, que los usuarios se valoren y aprendan a aceptar elogios y que puedan progresar a partir del conocimiento de las fortalezas y debilidades de cada uno.
 

En el ámbito laboral se ha trabajado además en estos meses en la elaboración de currículums, la identificación de formación pendiente, el análisis de ofertas de trabajo y la elección y concurrencia a las mismas. Está pendiente otro obradoiro, en febrero, que estará centrado en las entrevistas de trabajo. 

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