La piscina de Caranza vuelve a cerrar por problemas de niveles de CO2

La piscina de Caranza vuelve a cerrar por problemas de niveles de CO2
Piscina Caranza

La piscina Gómez Noya de Caranza continúa dando problemas en cuanto a los niveles de concentración de CO2. Si en el mandato pasado Sanidad cerró al uso público la piscina en una ocasión, la inversión de 90.000 euros en un nuevo aparato y la contratación de personal cualificado para su manejo no ha sido suficiente para que no vuelva ahora a suceder lo mismo.

El jueves pasado, una denuncia llevó a la toma de muestras por parte de Sanidad en el agua de esta piscina municipal y a decretar su cierre, ya que los niveles de CO2 superaban el máximo permitido –unas 500 partes por millón–, aun cuando en días anteriores el nivel no superaba los 130, tal y como aclaró ayer el responsable de Deportes del Concello, Antonio Golpe.

Aunque ayer, según aseguró el Concello, los niveles volvían a estar dentro de los parámetros permitidos, sería Sanidad la que debe indicar si se puede o no abrir la piscina.

Sin control específico
El edil de Deportes recordó ayer que la situación no es nueva y que ya sucedieron hechos similares en mandatos anteriores.

El concejal aseguró que se ha hablado con el ingeniero y afirma que en toda la semana no ha dado estos resultados, por lo que están analizando qué pudo haber sucedido ese día.

Habitualmente, cuando se concentra mayor cantidad de gente por entrenamientos o uso continuo pueden subir esos niveles, sin embargo, hace ya días que los clubes entrenan, por lo que no tendría que haber esos picos.

Golpe apuntó que la máquina de ventilación es nueva y “va como un cañón” pero el problema puede radicar en que no hay personal específico para su control.La empresa Esproade, que gestiona las instalaciones, lleva el mantenimiento pero no regula directamente la ventilación.

El anterior concejal de Deportes, Suso Basterrechea, contrató en el mandato pasado una firma especializada que se encargaba de este control, sin que se hayan dado problemas entre tanto, si bien, parece ser que el contrato ha concluido y no hay ningún profesional que ahora se encargue de eso.

Golpe explicó que el contrato mayor para este servicio supera el millón de euros –está en Intervención desde hace un año– y que está pendiente de llevar a cabo uno menor para adaptar el ritmo de ventilación a los parámetros que se van obteniendo.

Además de ser una piscina pública, en la Gómez Noya entrenan el Club de Natación Ferrol y también hace uso de la misma el Marina Ferrol de waterpolo.

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