Las contadas butacas que quedan libres para el concierto de este sábado en el Jofre, a las 20.30 horas, ya dan pistas de lo que está por venir. Con un pasado común en la periferia de la capital estatal, en el barrio de Rivas-Vaciamadrid, el cantautor Pedro Pastor vendrá por primera vez a Ferrol para despedir la gira Escorpiano Tour junto a Los Locos Descalzos. Actualmente la banda está integrada, aparte de por el solista, que heredó su amor al arte de Lourdes Guerra y Luis Pastor, por los músicos Álvaro Navarro (guitarra eléctrica y coros), Nico Martos (bajo y coros) y Marc Pinyol (batería, percusión y coros).
¿Cuándo empezó a trabajar con Los Locos Descalzos?
Pues justamente hace 10 años; de hecho, hemos sacado dos canciones ya del disco que vamos a hacer este año, que será una conmemoración de la década. Porque además, para mí, que soy un solista, haber encontrado una banda de amigos contemporáneos, de mi mismo barrio, por tanto de un contexto muy parecido, con los que recorrer el mundo y hacer un conjunto, siempre fue un milagro.
¿Cuál es la clave para funcionar bien en conjunto?
Creo que fue exactamente eso: ser amigos del instituto, que teníamos un contexto común, no solo juventud y ganas de hacer música por encima de todo, sin importar la precariedad o la economía, que supongo que hoy nos hubiera impedido hacerlo como en ese momento. Luego, el amor por la música y por esta manera de vivir itinerante.
¿Cómo describe el disco?
Musicalmente pasa de todo. El primer tema es un soukous, que es una música del Congo que bebe mucho de la costa caribeña; el segundo tema es una rumba; el tercero es puramente rockero, muy rock argentino; el cuarto tema no lo sabemos ni definir, es una especie de dembow acústico. Cada canción es de su padre y de su madre, en todos los discos es así.
Se ve que es muy importante el mensaje, ¿cuáles son los temas que más le gusta tratar?
No los elijo porque compongo desde un lugar muy visceral, muy conectado con lo espontáneo, con lo efímero, con la improvisación... Lo que pasa es que, al ser un ser sensible, hay muchas cosas que me atraviesan o me interpelan. Cuando por dentro se me remueve y en la cabeza se revuelven las ideas, es el momento de ordenar tanto las emociones como el mundo de las ideas. Y a partir de ahí hago canciones: también es una especie de “autoterapia”.