Los detractores del proyecto para “Abril Ferrol al mar” incluyen en su argumentario la conservación íntegra de la muralla que rodea el Arsenal y lo separa de la ciudad desde la Puerta del Dique hasta poco antes de la del Parque como pieza fundamental para completar el puzzle de la historia ferrolana. Sin embargo, el hallazgo que se ha producido al empezar, precisamente, las obras contempladas en el documento, ha sacado a la luz nuevos segmentos del muro original del recinto del siglo XVIII.

El investigador y maquetista Antonio Loureiro ha podido constatarlo esta misma semana, observando los trabajos que se están acometiendo para transformar la entrada que se ubica en Irmandiños en el acceso principal de los vehículos al recinto militar. 

Estas obras, que harán posible tener dos carriles por cada sentido y una mediana, conllevan el derribo de la nave que se dedicó a la lavandería y al puesto de los Bomberos, y fue al ejecutarlo cuando ha salido a la luz la muralla dieciochesca, más baja que la posterior, y que bordeaba Puerto Chico, recuerda el experto.

Cordón magistral

Aunque su estado de deterioro es evidente, Loureiro aboga por restaurarla, “en buena lógica”, porque es perfectamente compatible con el proyecto. Además, fuentes próximas al Arsenal confirman el interés de la Armada en preservar este patrimonio.  

Además del propio muro en sí, Loureiro se ha percatado de que en su superficie se distingue también el llamado “cordón magistral”, una especie de cinturón de piedra, en este caso granítica y en forma de media circunferencia, que marca el punto en el que la verticalidad da paso a un plano inclinado, denominado “escarpa”, que termina en la tierra.

Se trata de un elemento que “habría que restaurarlo un poco” y que sí se puede ver también en otros segmentos de muralla, como en la que se restauró en el cruce de Irmandiños con la calle Rastro, dejando los sillares y un tramo del antiguo foso del Arsenal a la vista. Asimismo, precisa, está presente en la zona de la batería de La Cortina.

Otro de los elementos desconocidos para los ferrolanos y que Loureiro ha querido recordar es una fuente que se sitúa al final del tramo de murete, donde se puede ver un árbol en la imagen. Sostiene que se trata de un pieza singular al contar con una cúpula de piedra e incluso una puerta que da acceso al lugar de recogida de agua. 

Con todo, insiste en que otra de las cosas que sorprenderá una vez desaparezca la pared, es el gran desnivel que existe en diversas zonas, como por ejemplo en la que da a San Julián, con varios metros de diferencia. 

“Más alegría, pero poco mar” a la vista rebajando del muro

A Antonio Loureiro, el proyecto para “Abrir Ferrol al mar” le parece positivo para la ciudad y reconoce que cambiará radicalmente el aspecto de la zona, sobre todo en el entorno de la Puerta del Dique, donde habrá mayor permeabilidad para ver lo que hay al otro lado. 

Valora que el paseo por allí “será más alegre” porque habrá mucha más luz, ya que “ahora da mucho la sombra” por culpa de la muralla. Eso sí, el experto ironiza con el hecho de que “poco mar se va a ver”, recordando además que en algunas zonas existe un gran desnivel.