La inclusión y la igualdad de oportunidades en el mercado laboral parece una cuestión en la que deben implicarse administraciones y empresas, pero la realidad hace que hasta contar con un medio de transporte adecuado puede ser básico para poder trabajar o estudiar.
Así quedó de manifiesto ayer en la jornada de Conversas no Parador, organizada por el Club de Prensa, que contó con la participación de la coportavoz de la Plataforma por un Transporte Digno en Ferrolterra y coordinadora de Teima Down, Mercedes Alonso. La ponente puso ejemplos del día a día de usuarios de Teima, con discapacidad intelectual, y que deben enfrentarse a situaciones que van desde desplazarse de Monfero a Campolongo para coger un bus a las 6.30 para entrar en clase en A Coruña a las 9.00 hasta cambios de horarios y supresiones de buses sin previo aviso –un usuario con Síndrome de Down se pasó desde las dos de la tarde a las cinco a la espera de un bus en la estación, que no llegaría hasta las seis–. Trabajar en Fene y Barallobre, como le sucede a Ana, una limpiadora, supone tener que ir andando de una a otra zona al no tener conexiones; o combinar el taxi con el bus a diario es lo que debe hacer Tony, un trabajador con Síndrome de Down que tiene que ir en taxi desde Neda a Freixeiro para poder coger un bus hacia Río do Pozo. Desde Chanteiro hay que bajar en bus a Ares a las siete de la mañana para hacer gestiones por ser ese el horario y, a esos ejemplos, se suman las continuas denuncias que desde la Plataforma se han venido haciendo desde su fundación, en el año 2021. Estas se refieren a buses llenos que deben esperar refuerzos para poder recoger a toda la gente en las paradas, mal estado de los vehículos, cambios sin avisos claros o que no se respeten los horarios, cuando el día a día de muchas personas dependen de ellos, especialmente trabajadores y estudiantes.
“Ter un transporte bo fai que as cidades medren”, apuntó Mercedes Alonso y, desde la Plataforma, solo reclaman “poder contar con recursos para todos”.
Una estación de buses abandonada, sin cafetería, sin teléfonos, sin taquillas abiertas o un servicio de trenes que no permite desplazamientos adecuados para llegar a unas horas aceptables al destino completan la imagen del funcionamiento del transporte.