El pasado martes, día 13, el alcalde de la ciudad naval, José Manuel Rey, anunció al término de la última reunión de la Xunta de Goberno Local (XGL) la aprobación del expediente de licitación de la primera fase del proyecto “Abrir Ferrol ao Mar”. Dos días después, el jueves 15, la Plataforma de Contratación del Sector Público recogía el encargo, cuyo plazo de presentación de ofertas finalizará el 9 de junio.
Así, este trámite no solo marca el inicio de la cuenta atrás de las esperadas obras, sino que también hace accesible al público el pliego de prescripciones técnicas y, con ello, el proyecto de ejecución, lo que permite conocer detalles concretos de la actuación. Cabe recordar que esta primera fase, que comprende el segmento entre el muelle de Curuxeiras –conectando con las obras ya finalizadas de humanización de la fachada marítima impulsadas por la Autoridad Portuaria– y el inicio de la avenida de Esteiro, tendrá un plazo de ejecución de 18 meses y se estima que los trabajos podrían comenzar, de no haber imprevistos, entre finales de año y comienzos de 2026.
Uno de los principales ejes de esta propuesta es la movilidad, tanto en lo relativo al vehículo privado como a formas de transporte alternativo e incluso la circulación de peatones. En este sentido, la propia memoria detalla que se plantea “una reordenación en la que el espacio para la circulación rodada se reduce al mínimo necesario por funcionalidad y seguridad”.
En líneas generales, se establecerá una plataforma única en la que la calzada tendrá una anchura de 6,4 metros, mientras que el carril bici y la senda peatonal será de tres cada una. Asimismo, el área de la carretera estará separada del resto por una franja de adoquín –en un principio decorada con especies vegetales ornamentales– de un metro, mientras que los trazados para bicicletas y viandantes alternarán parterres con árboles, con un ancho de entre 1,85 y 2,2 metros, y puntos con mobiliario urbano para disfrutar de las nuevas vistas.
Es importante señalar, no obstante, que dentro de la propia fase 1 se contemplan actuaciones por tramos y que en los mismos las medidas de los espacios destinados a los peatones y las unidades arbóreas pueden variar ligeramente –no así la calzada y el carril bici, que salvo en caso de glorietas o accesos en la primera, mantendrán siempre el mismo ancho–. De igual forma, las intervenciones dentro de este proyecto inicial no se limitarán a Irmandiños, sino que también afectarán notablemente a puntos como la plaza de Galicia o el final de la calle Coruña, entre otros.
A la hora de abordar las actuaciones por tramos, la propia memoria destaca que hay una serie de particularidades dentro del proyecto que se deben tener en cuenta, comenzando con la propuesta de recuperación del foso original del Arsenal.
Así, la primera fase comprendería entre La Cortina y la puerta del Parque, siendo “el principal condicionante” el margen izquierdo en su alineación con la Praza Vella, que supondrá la ocupación parcial de la franja verde frente al antiguo Cuartel de Instrucción –retranqueando el cierre entre uno y tres metros–. En este segmento, para solventar el problema que supone el ensanchamiento del foso, se ha planteado emplear una losa volada por encima de la coronación del mismo, de modo que la separación de adoquín con la calzada se ampliaría hasta 1,84 metros, el carril bici seguiría siendo de tres y la acera de 3,2, eliminándose en este punto el parterre e instalándose una barandilla –de modo que la zona para peatones y bicicletas quedaría suspendida–. La puerta del Parque, por otro lado, al convertirse en un acceso secundario a las instalaciones castrenses, pasaría a configurarse como un parque con zonas ajardinadas y caminos de áridos prensados.
El segundo tramo sería desde este último punto hasta la puerta de Enfermería, que ahora ejercería de entrada principal al Arsenal. Este segmento, por su configuración, no presentaría retos adicionales, si bien la memoria incide en que una parte “fundamental” del mismo pasa por “recuperar y potenciar las conexiones con los barrios y los equipamientos del entorno”, empleándose para ello, por ejemplo, zonas de cruce “amplias y elevadas”. La configuración de la calzada y la acera mantendría las medidas antes mencionadas, variando únicamente el tamaño de los parterres en el área de la Alameda del Carbón y de la plaza Rancho da Praça-Rendilheiras de Vila do Conde.
El tercer segmento, entre las puertas de Enfermería y del Dique, será de los que mayor impacto tenga en la movilidad, principalmente por los cambios previstos en el entorno de esta última y la plaza de Galicia. Así, el trazado junto a la muralla se mantendrá como los anteriores hasta alcanzar el Jofre, donde se adaptará a la nueva configuración circulatoria. De este modo, el antiguo acceso principal, que pasará a ser secundario, se transformará en un espacio “dando continuidad transversal a Galicia y el Cantón”. En esta primera, se ampliará la glorieta en torno al monumento a los caídos, “suprimiendo la calzada al frente y lateral del Jofre” de cara a ampliar el espacio peatonal. Asimismo, se suprimirá parcialmente la zona ajardinada que separa los dos sentidos frente al teatro, aunque se mantendrá la parada de taxis y se establecerá una zona de carga y descarga en Correos. Respecto a las marquesinas de autobuses, la de urbanos mantendrá su ubicación actual, mientras que para los interurbanos se desarrollará una nueva donde se encuentra la gasolinera en desuso.
El último tramo contempla desde la puerta del Dique hasta la avenida de Esteiro, siendo la parte contigua al Cantón la que presenta mayores dificultades, dado que es necesario ampliar el espacio disponible. Así, se plantea la supresión de la acera existente en el margen del Arsenal, así como el retranqueo del parterre actual y la sustitución de especies arbóreas no protegidas, permitiendo así la construcción de la nueva calzada y la zona peatonal y de bicicletas, que seguirán al mismo nivel. De este modo, tanto el carril bici como la acera conectarán en Esteiro con las de esta avenida, además de prepararse para la fase 2.