El “mascotismo”, enemigo de la fauna silvestre en los parajes de la zona

El “mascotismo”, enemigo de la fauna silvestre en los parajes de la zona
Perro y caballo en la playa I J.R. GÓMEZ

El censo canino crece en las ciudades año tras año. Los propietarios de perros reclaman parques, playas para canes o eliminación de bombas de palenque que puedan estresar a las mascotas. Además, son cada vez más los establecimientos “dog friendly”.


Sin embargo, que estos animales no limiten su espacio a las zonas que pueden visitar o la excesiva libertad de estas mascotas choca en ocasiones con la de otros animales especialmente vulnerables y que, pese a hallarse entre las especies amenazadas o en peligro de desaparición o extinción, no parecen contar con los mismos derechos. Se trata de la fauna silvestre, especialmente las aves que encuentran en playas y humedales de Ferrol y comarca su espacio de anidación o de descanso migratorio.


Los arenales y espacios naturales, ya sean de Red Natura o sin protección alguna, no pueden acoger a animales sueltos en ninguna época del año. Si en verano, los perros tienen prohibido su acceso a las playas –sueltos o con correa– para no interceder en la convivencia humana, en los restantes meses del año tampoco puede convertirse un arenal en lugar de esparcimiento canino, a no ser que acuda con la sujeción correspondiente.


La llegada de los primeros chorlitejos patinegros a las playas ferrolanas para anidar ha vuelto a hacer saltar las alarmas, ya que estas pequeñas aves –conocidas como píllaras das dunas, en gallego– tienen en los perros su mayor depredador. La fragilidad de los huevos y el escaso tamaño de los pájaros hace que las carreras  dunares de los canes acaben con las cada vez más escasas posibilidades de criar en la zona.
Pero no solo los chorlitejos se ven amenazados. La “mascotización”, como explica el naturalista Xabier Prieto Espiñeira, autor del blog https://bichosedemaisfamilia.blogspot.com/, es la principal amenaza de las especies avícolas de la zona.


Los datos son claros a este respecto y así Prieto recuerda que especies como el chorlito gris o los correlimos comunes invernaban en A Frouxeira y se podían contabilizar hasta 700 ejemplares en los años 90 y ahora han caído en picado, quedando un 30% menos de los que se concentraban en las playas de la comarca, llegando de zonas como Escandinavia u Holanda.

 

Correlimos
Correlimos en el arenal I BLOG DE XABIER PRIETO


La presencia humana que podía ser enemiga de los parajes naturales nada tiene que ver con el “mascotismo” actual. Los vecinos de la zona o algunos pescadores eran puntuales, recuerda este observador de la naturaleza, frente a la masiva aparición de perros, que sus dueños sueltan en las playas y espacios naturales para que corran sin sujeción. Además, Xabier Prieto considera que hay “un efecto llamada” y que esta costumbre se remonta a no más de 15 o 20 años atrás, por lo que no hay día del año en el que no se llenen las playas, mientras muchas aves se sienten incómodas con esa presencia y se marchan.

 

Dormideros

Si con los chorlitejos patinegros  hay que tener especial cuidado –anidan en los meses de mayor presencia humana–, el peligro de las mascotas se extiende a otras aves. Los dormideros de gaviotas patiamarillas y otras especies sumaban cientos y miles en los años 90 mientras que en la actualidad las gaviotas llegan a hacer balsas en el mar, ya que la tierra es un terreno hostil, apunta este naturalista conocedor de la zona.


Xabier Prieto lo tiene claro y no entiende como muchos pueden comparar la presencia de un perro suelto con la de, por ejemplo, un niño persiguiendo a los pájaros de las playas: “los niños pueden perseguir a las aves diez metros y se cansan, mientras canes como los de caza pueden correr hasta tres kilómetros cansando sin parar a las aves”. Por eso cree que la cartelería indicativa de la prohibición de perros en las playas no es ni mucho menos suficiente; tampoco los escasos agentes –cuando se personan, los propietarios sujetan a sus perros y no se puede actuar– y cree que las multas son la solución y permitirían que la recaudación se invirtiese en actuaciones de protección del espacio natural. 
Los responsables, apunta, son las administraciones y en este sentido, ve una clara negligencia tanto de éstas como de los partidos políticos para hacer cumplir la ley.


No se trata solo de espacios naturales protegidos sino de especies en peligro de extinción que llegaban a nuestras playas  para descansar de sus largos viajes de migración, pero que cada vez se ven más amenazados.


En la zona de Ferrol ya no son solo los perros sueltos, también  se ha  detectado estos meses la presencia de quads, que circulan por la zona dunar de los arenales, dañando la zona y atemorizando a especies avícolas que se encuentran desprotegidas.

 

Especies protegidas y observatorios 

Si los chorlitejos comunes se han hecho populares en los últimos años por sus campañas de protección, no son estas aves las únicas en peligro de desaparición. El escribano palustre que puede verse en A Frouxeira cuenta con un plan específico de protección. Como apunta Xabier Prieto, se contabilizan unas cinco o siete parejas en la zona.


Su censo, como el de otras especies, se ve perjudicado también por el estado en el que se encuentran los observatorios de aves. En el caso de Valdoviño el crecimiento masivo de vegetación en su entorno no permite una buena visibilización como se esperaría de un observatorio, limitando las capacidades de control.


Además, no son las aves las únicas especies que hacen especial lagunas como la de A Frouxeira. La presencia de la nutria, la “joya” de este paraje natural, también se ve afectada por los perros además de por otro enemigo, el pescador furtivo. La colocación de nasas afecta a las crías de nutrias que pueden quedarse atrapadas en ellas.

El “mascotismo”, enemigo de la fauna silvestre en los parajes de la zona

Te puede interesar