Algunos concellos fueron más madrugadores que otros a la hora de organizar sus cabalgatas de Reyes, pero Sus Majestades pasaron en la tarde-noche por todos ellos y los niños vivieron un año más su jornada más ilusionante del año, sobre todo cuando, por fin, se recuperaron los desfiles de gran formato, de las que los más pequeños ni siquiera habían podido disfrutar nunca, por culpa de la pandemia.
 

Melchor, Gaspar y Baltasar visitaron en primer lugar Neda, donde, además del desfile, hicieron dos recepciones con los niños en distintas zonas del municipio.
 

Pasaron también en las primeras horas de la tarde por Ares, Monfero, Mañón, Cariño, Cabanas, As Somozas, Mugardos, San Sadurniño para, ya a partir de las seis recorrer otros concellos como Valdoviño, As Pontes, Ortigueira o las más próximas a la cabecera de comarca, Fene, Narón y Ferrol.
 

Carrozas de diferente tipo, personajes conocidos por los más pequeños, música y Reyes Magos fueron comunes a todas ellas pero la de Ferrol volvió a convertir a la ciudad en un hervidero de gente durante toda la tarde.
 

Los Reyes llegaron, como viene siendo tradición, por mar, al muelle de Curuxeiras. Después, se desplazaron al barrio de Ultramar para hacer el recorrido hasta el centro de la ciudad y concluir su periplo, tras recorrer las calles  jaleados por los miles de niños que competían para ver quién recibía más caramelos.
 

Nueve carrozas temáticas con contenidos como “Mellor en bici”, “Planeta nas nosas mans”, “Harry Potter”, “Hansel y Gretel”, “O mar amigo”, “Rey León y Madagascar”, “Cidade Fantasía”, “Parques para vivir” y la de Urbaser con los conconocidos Perrecicladores. No faltó a la cita el ya famoso Mofletes, el camión de los Bomberos que es ya un clásico en los desfiles de la ciudad.
 

Entre carroza y carroza la música animó la espera –el recorrido se dilató en el tiempo más allá de los horarios anunciados– con la banda de gaitas de Ares, batucada, danza del estudio de Paloma, Bamboleo circo, con zancudos, malabaristas y otros animadores, La Guagua con un grupo interpretando a Harry Potter o los reconocibles Timón y Pumba, entre otros personajes que se iban deteniendo a la llamada de los más pequeños.
 

Como no, un año más, el lanzamiento de caramelos siguió perfeccionándose y muchos niños acudieron con paraguas y bolsas para llenarlos de los preciados dulces –se repartieron dos toneladas y media durante la cabalgata ferrolana–.
 

La llegada a la plaza de Armas y la recepción oficial sirvió de colofón a una larga jornada, que no impidió, sin embargo, que Sus Majestades siguiesen trabajando toda la noche. El alcalde, Ángel Mato, se dirigió al público infantil, instándolo a acostarse temprano y asegurando tener constancia de que todos ellos “foron boísimos”.
 

En el vecino municipio de Narón fueron siete las carrozas que circularon acompañando a los Reyes Magos y a otros personajes de la cultura popular gallega como Maruxaina o el Crebanoces. El espectáculo que salió a la calle fue muy alabado por el público, que disfrutaron a lo largo de toda la carretera de Castilla del desfile, tras haber sido también recibidos por la alcaldesa Marián Ferreiro, y llenó de color y vistosidad con magia, danza y música.
 

Valdoviño también acercó tradiciones, de modo que los Reyes compartieron desfile con el Apalpador. Los niños, con disfraces de regalo, animaron una comitiva, en la que no faltó tampoco la música ni actuaciones intercaladas del circo Krasnovarak.
 

La temática del mundo del mar llevó, como estaba previsto, a los espectadores a “unha viaxe máxica”, lema de la cabalgata.
 

También en Pontedeume hubo un contenido uniforme en la cabalgata de Reyes, centrada en el mundo del cine. Personajes de Star Wars, Grease, Coco, Mary Poppins, Cantando bajo la lluvia y otros clásicos  salieron a la calle para acompañar a Sus Majestades, en una jornada que culminó con fuegos de artificio. 
 

Mañana todavía llegarán a algunos concellos como Cerdido y, por supuesto, a las casas particulares en las que habrán dejado los regalos y hecho sonreír y disfrutar a miles de niños y a muchos mayores que esperan, con la misma ilusión, los presentes para empezar el año con mucho ánimo.