El adelanto en una hora con respecto al horario habitual de invierno de los plenos no sirvió, sin embargo, para acortar su duración ni para evitar que el debate de los 30 puntos que conformaban el orden del día quedara inconcluso y pendiente de una nueva sesión.
El pleno dio el visto bueno, por unanimidad, a los festivos que regirán el próximo 2023 y que varían con respecto a este año, en el que San Xiao –7 de enero– y Lunes de Chamorro fueron los elegidos. Este último –18 de abril– continuará como festividad, si bien el patrón de la ciudad, que coincidirá en sábado, será sustituido en esta ocasión por el Martes de Entroido. Se trata de una apuesta por la que abogaron FeC y BNG en los últimos tiempos, para favorecer la fiesta popular pero con la que no coincidía el PP, que defiende el 7 de enero, ni, al parecer el PSOE, que en la propia comisión de Cultura planteó San Xiao, aunque finalmente lo cambió por la coincidencia en sábado.
La situación es todavía más confusa, si se tiene en cuenta que el pasado lunes el BOP publicó como festivos de la ciudad los mismos que han regido este año, por lo que el Concello deberá ahora solicitar el cambio de forma oficial, ya que no informó en el plazo correspondiente antes de que se hiciese público. La intención es pues que Carnaval sea festivo, al menos en 2023.
Pero el pleno, antes del capítulo de mociones, dedicó mas de tres horas a la primera decena de puntos, que se referían a cuestiones económicas y en las que los servicios sin contrato, la falta de presupuesto o la gestión económica del ejecutivo de Ángel Mato se puso sobre la mesa y fue objeto de críticas por parte de los tres grupos de la oposición.
La situación del servicio de Parques y Jardines volvió a la palestra con la aprobación de la factura correspondiente al mes de junio. Más allá de las críticas de todos los grupos a la falta del contrato vigente que lleva cada mes a la misma situación, desde BNG, FeC y PP se apuntó el deterioro del servicio y la falta de interés del gobierno local en llegara una conclusión.
Se reclamó la mesa de trabajo entre políticos y trabajadores de la empresa para abordar la situación y se señaló que en unos días tres empleados de la adjudicataria serían despedidos, menguando la plantilla. Los grupos reclamaron en este y en otros puntos del orden del día un posicionamiento al respecto de esta situación laboral por parte del ejecutivo, sin que se diese explicación alguna ni se respondiese a la petición de mediar ante estos despidos, que afectan al servicio. También se aprobó una factura mas del servicio de limpieza prestado por Urbaser, que tampoco tiene contrato en vigor.
En este sentido, se recordó que en 2021 se destinaron diez millones de euros a pago de facturas sin contrato, lo que, tal y como manifestó el portavoz del BNG, Iván Rivas, “tradúcese en precariedade laboral e en empeoramento de servizos”.
La prestación del servicio de ayuda a domicilio también fue objeto de críticas en cuanto a su funcionamiento, si bien el punto que se llevaba a aprobación era únicamente la cesión de contrato de Clece a Samaín Servizos, que se aprobó solo con los votos del gobierno.