La presencia de gaviotas y palomas es una constante en el día a día de la ciudad naval, hasta el punto de ser percibidas por los vecinos como una parte más de la urbe. Sin embargo, para que esta coexistencia sea tolerable y sostenible, el control de poblaciones por parte del gobierno local es esencial, dados los problemas asociados con los mismos.
Así, como cada año, la llegada de la primavera viene de la mano de la campaña anual de censo de aves y retirada de nidos, un proceso que se extiende hasta finales de verano. Dentro de este procedimiento, el control de gaviotas es el primero y, hasta cierto punto, el más importante, dado que se trata de una especie notablemente agresiva y, de las tres contempladas en el contrato –palomas y estorninos–, la que provoca un mayor número de incidencias.
Para facilitar este proceso, el equipo informático del Concello de Ferrol desarrolló hace años el Sistema de Información Xeográfica (SIX), una herramienta versátil de tecnología propia que sirve para obtener un registro preciso y geolocalizado de incidencias y que se emplea, entre otros procedimientos, para el registro de denuncias de colonias aviarias.
Esta suerte de aplicación permite a los técnicos municipales trabajar de forma mucho más efectiva con la empresa Locus Avis, adjudicataria del contrato de control de poblaciones y retirada de nidos, así como de recogida de aves caídas, heridas o enfermas “tanto en zonas públicas como en el interior de edificios privados”.
“Los trabajos que solicita la ciudadanía y que lleva a cabo la compañía encargada del servicio se pueden registrar y georreferenciar a nivel de tejado”, explica la bióloga María Natividad Mosquera, técnica de Medio Ambiente del Concello de Ferrol, detallando que Locus Avis aporta datos y fotografías –de las cubiertas, las aves, los nidos y sus huevos– de cada caso, creándose así un directorio de cada año que puede consultarse sobre un mapa virtual.
“El sistema SIX recoge toda esa información que nos permite posteriormente sacar datos estadísticos, ver qué zonas tienen una mayor afectación y qué patrones se repiten anualmente para programar los trabajos del siguiente ejercicio...”, profundiza Mosquera. “Es realmente una herramienta muy útil tanto para el seguimiento y control como para preparar acciones futuras en campañas posteriores”, añade.
En cuanto al proceso de recogida de nidos y de aves heridas o enfermas, la profesional detalla que se inicia con las denuncias de los vecinos. Tras recibir el aviso, los operarios de la compañía toman los datos del mismo de cara a programar las actuaciones. “Hay unos técnicos de la empresa que vienen todas las semanas y con las llamadas que se han registrado se organizan las visitas, que tienen un apoyo de prevención de riesgos, dado que al ser trabajos en cubierta pueden tener una gran complejidad a nivel de acceso y seguridad”, detalla Mosquera.
Una vez en el lugar, los profesionales inspeccionan el estado de los nidos –si es nuevo o si ya tienen huevos, por ejemplo– y, tras documentarlo, se determina si se retira o si será necesaria una segunda visita. En este sentido, la técnica pone como ejemplo las actuaciones realizadas la pasada semana, en la que se constataron puntos de anidaje, pero vacíos.
Respecto a qué sucede con los huevos o los animales, la técnica detalla que Locus Avis tiene “un núcleo zoológico”, pero que todo depende de las necesidades de cada caso. “Generalmente se curan y posteriormente se sueltan al medio natural con las pertinentes autorizaciones”, explica Mosquera, incidiendo en que es la propia compañía la que realiza estos trámites. Asimismo, en caso de que algún animal muera se gestiona de la forma más adecuada, mientras que en el caso de los nidos se tratan como residuos comunes.
Mención aparte requieren los estorninos, dado que no se trata de una especie tan invasiva como las gaviotas o las palomas, por lo que su tratamiento en la campaña es diferente. A este respecto, Mosquera detalla que son aves que vienen a la ciudad a refugiarse en invierno, formando colonias muy compactas. En su caso la mayor problemática no es su agresividad, transmisión de enfermedades o incidencias con la basura –los láridos son infames a la hora de gestionar los residuos urbanos, dado que tienden a romper las bolsas y extender los desperdicios por la vía pública–, sino los excrementos, que al estar muchos concentrados pueden provocar importantes daños en mobiliario urbano o vehículos, así como los ruidos. Así, su gestión consiste principalmente en la fragmentación de estas colonias y su desplazamiento a áreas alejadas de la población.
Por último, el balance de actuaciones del pasado ejercicio referentes a las gaviotas –por tanto, excluyendo palomas y estorninos–, proveído por la Concellería de Medio Ambiente, puede aportar una visión más completa del conjunto de actuaciones que se realizan en el término municipal a lo largo del año. Según el documento, en 2023 el servicio de control de estos animales recibió un total de 315 reclamaciones, de las cuales 281 precisaron de una visita de los técnicos. El barrio con un mayor número de solicitudes fue A Magdalena, con 70, seguido de Canido con 58 y Ferrol Vello con 37. De estas tres, los avisos se saldaron con visitas domiciliarias en 63, 53 y 36 ocasiones, respectivamente. Curiosamente, el número de intervenciones en dichas áreas sin una denuncia previa es ligeramente superior –73 en A Magdalena, 60 en Canido y 40 en Ferrol Vello–.
En el extremo opuesto –y excluyendo aquellas parroquias y lugares del rural con una incidencia reducida o nula de estos animales– se encontrarían Santa Mariña y San Pablo, con dos denuncias cada una, Recimil con tres y Caranza, con ocho. Al igual que con las zonas de mayor incidencia, se respondió a estos avisos con una visita en la mayoría de los casos –dos, unos, tres y siete, respectivamente–, mientras que las intervenciones sin llamada solo superaron a las anteriores en el caso de Caranza –se actuó por cuenta propia en nueve ocasiones–.
En cuanto a las actuaciones realizadas, el informe municipal detalla que en 2023 se retiraron a lo largo de todo el territorio 33 adultos heridos o atrapados y 118 nidos. Dentro de esta última cifra se encontrarían 89 huevos y 155 crías de gaviota. Otro dato interesante a este respecto es que, si bien la mayoría de las intervenciones se realizaron en el núcleo urbano, el número más elevado de huevos eliminados se dio en la parroquia de Santa Icía (22), mientras que de polluelos rescatados (41) fue en Ferrol Vello.
Aquellos vecinos o comunidades de propietarios que detecten la presencia de nidos en la cubierta de su edificio, así como de aves heridas o atrapadas, pueden ponerse en contacto con la empresa en el número de teléfono 981 677 809 durante toda la jornada –de nueve de la mañana a siete de la tarde–, o remitir un correo a la dirección a.locusavis@telefonica.net.