Comer como los demás y engordar el triple, la dura batalla contra la obesidad

Analizamos los cambios que se producen con la irrupción de los medicamentos para la obesidad, que atenúan el apetito, de mano del Presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, Diego Bellido, que es el Jefe de Endocrinología en el CHUF
Comer como los demás y engordar el triple, la dura batalla contra la obesidad
A la larga la obesidad, si no se trata como la enfermedad que es, puede derivar en otras complicaciones

Asegura el jefe de Endocrinología y Nutrición del CHUF y actual presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo), Diego Bellido Guerrero, que “cada persona que entra en la consulta cada día llega pidiendo medicación que lo ayude a adelgazar, la gente sabe que puede haber un recurso positivo que los ayude y quieren probar”. Explica el facultativo que en la actualidad hay cuatro fármacos autorizados para el tratamiento farmacológico de la obesidad. Estos se prescriben cuando su Índice de Masa Corporal (IMC) está por encima de 30, o por encima de 27 si tienen comorbilidades (presencia de dos o más enfermedades) asociadas.


Uno de estos tratamientos, el más antiguo y de baja intensidad, es Orlistat, que se prescribe desde hace casi dos décadas. Sin embargo la aparición de nuevos fármacos recientemente están marcando un antes y un después en el tratamiento de esta problemática. Así, se han autorizado tres tratamientos inyectables.

Uno es la Liraglutida, (de nombre comercial Saxenda), que es una inyección subcutánea diaria. Además, en el último año se han permitido otros dos productos, también inyectables subcutáneos semanales como es la Semaglutida (Wegoby y Monjaro) “Estos están en boga pues son los más potentes en las mismas condiciones de uso que marca la ficha técnica”, indica el especialista, quien añade que “cuando nos referimos a Ozempic estamos hablando de un producto que tiene el mismo principio activo que estos últimos pero que sólo está autorizado y con visado farmacológico en los pacientes con diabetes, asociadas a obesidad, pero no en pacientes con obesidad sin diabetes”. 

 

En los últimos tiempos han surgido nuevos medicamentos que han revolucionado el tratamiento de la obesidad

 


Bellido recuerda que antes de prescribir este tipo de medicación es necesario dar a conocer al paciente las “indicaciones y contraindicaciones del fármaco y enseñarle al paciente el método de administración, así como saber que estos medicamentos no están cubiertos por la Seguridad Social”. Asimismo, nunca se dispensará uno de estos tratamientos sin la correspondiente “receta bien conformada por parte de un médico”.


El presidente de la Seedo explica que el tratamiento de la obesidad es una “cuestión compleja, ya que incluye modificaciones importantes del estilo de vida, con un refuerzo de la actividad física y una alimentación equilibrada adecuada a cada paciente”. Así, añade que el tratamiento farmacológico ayuda en el proceso. 

 

“Lo que pasa es que aunque uno quiera cambiar ese estilo de vida y la dieta que le hemos propuesto, tiene hambre, y eso le impide conseguirlo”. 

 

Por eso es importante, apunta el doctor Bellido, “aprovechar ese período que dura el tratamiento, que no va a ser indefinido, sobre todo por su precio, para perpetuar esos cambios de hábitos ya a largo plazo”.


La obesidad es el desequilibrio entre la ingesta y demanda pero es también es “muy individualizada, dado que en personas que ingieren lo mismo unas engordan y otras no”, precisa el jefe de Endocrinología del CHUF. Estamos ante “una enfermedad que ha de tratarse como tal, como una hipertensión o hipercolesterolemia, lo que pasa es que tratamiento para obesidad no ha habido ninguno eficaz a largo plazo y ahora que sí lo hay seguro que habrá que recurrir a ellos de manera prolongada”.

 

El problema, advierte, es que a día de hoy “no es viable, porque estos tratamientos hay que pagarlos y yo he conocido muy poca gente que esté dispuesta a mantener esa carga durante un largo período”.

 

 Es por ello que el enfoque que le dan los clínicos es el de utilizar el recurso para que el paciente pueda realizar los cambios que le hemos aconsejado y que a largo plazo ya no necesite apoyo de un tratamiento farmacológico”. También lamenta que haya gran “desinformación” sobre este asunto, pese a “estar en boca de todo el mundo”. 


300-400 euros al mes de media cuestan los tratamientos para la obesidad  hoy en día


Una de las líneas de acción de la Seedo es conseguir que no se estigmatice la obesidad y que la prescripción de fármacos pueda llegar a financiarse, “al menos en algunos casos”. Así, señala Bellido que son conocedores del enorme coste sanitario que implicaría pero considera que “hay que hacer más estudios de coste y beneficio, sobre el uso de estos fármacos en la población”. 

 

 

 

Ozempic, la alternativa más económica pese a que no es un medicamento para el sobrepeso

 

La irrupción de una serie de medicamentos que ayudan a adelgazar están generando una gran revolución, pero al tratarse de medicación también surgen las dudas sobre los efectos secundarios que pueden acarrear. Claro que una obesidad sostenida en el tiempo también suele implicar importantes problemas de salud. Hace meses que irrumpió también en el mercado farmacéutico el popular Ozempic, que muchos tildaban como  el medicamento definitivo que ayudaría a mucha gente a adelgazar. Sin embargo, se trata de un medicamento para la diabetes, no para tratar la obesidad, pero que sí que comparte el mismo principio activo que otros tratamientos para controlar el apetito y que ayudan a adelgazar y es algo más económico que estos, “hasta un 40% más barato”, como precisa el Jefe de Endocrinología y Nutrición del CHUF, Diego Bellido Guerrero, quien indica que en ocasiones, algunos facultativos es posible que lleguen a prescribir este y no otro medicamento más específico con “afán de ayudar a que el paciente pueda hacer uso de ese fármaco con el menor coste económico posible durante un período de tiempo sostenido”, ya que no todo el mundo tiene capacidad económica para destinar 400 euros cada mes en un tratamiento y a largo plazo, explica el jefe del servicio de Endocrinología del CHUF. Éste recuerda que en esos hipotéticos casos en que se pudiera llegar a prescribir Ozempic en lugar de tratamientos más específicos se podría dejar desabastecidos a pacientes que necesitan esa medicación para su diabetes. "Es una cuestión de conciencia social", explica el especialista.

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