La presencia de carabelas portuguesas en las aguas ferrolanas parece ser ya apenas testimonial y, de hecho, las banderas rojas que ondearon el pasado miércoles al detectarse ejemplares –especialmente en la playa de Santa Comba, aunque también en Doniños, Ponzos y Penencia–, se tornaron ya en amarillas en la jornada de ayer. El servicio de socorrismo trabajó sin apenas incidencias por este hecho y con el regreso del sol a los arenales.
Pero la tranquilidad en las playas de mar abierto no se trasladó a las de ría. Así, en la de A Graña los bañistas fueron advertidos de elevados niveles de bacteria Escherichia coli, conocida como E.coli y vinculada con contaminación fecal, por lo que se recomendó temporalmente la restricción en el baño.
Las analíticas más recientes de las que lleva a cabo periódicamente la Xunta en las playas gallegas, recogen en A Graña una cantidad de 1.300 NMP en 100 mililitros. Llegado este caso, la legislación indica la obligatoriedad de instalar un cartel en el que se recomiende, por lo menos, “absterse do baño temporalmente por contaminación”.
Estos resultados se corresponden con muestras de principios de esta misma semana y en las anteriores nunca se alcanzaron cifras similares (la más alta fue en julio de 380 NMP/ml, muy lejos de lo actual), por lo que ya se han encargado otros análisis y los técnicos municipales de Medio Ambiente trabajan en la identificación de esa contaminación.
Los análisis en las playas de mar abierto no han arrojado en ningún momento altos límites y lo máximo ha sido 42 NMP/ml en Ponzos –muy lejos de los 500 establecido como límite–.