La tercera campaña de excavaciones arqueológicas en el asentamiento castrexo de Esmelle termina este mismo viernes, justo después de haber expuesto ayer jueves los principales resultados a más de 400 personas que acudieron a las dos visitas guiadas. No obstante, los trabajos continúan y, por primera vez, a partir de septiembre, se consolidará y restaurará parte de los descubrimientos, de manera que en lugar de volverlos a enterrar para su conservación puedan ser visitados por el público en cualquier momento.
Una de las últimas novedades es la confirmación del hallazgo de una casa circular en la croa, “bastante mal conservada, pero si que puidemos identificar unha vivenda castrexa, da Idade do Ferro”, concreta el director de la excavación, Samuel Nión Álvarez, apuntando que en esta parte apareció material, muy alterado, “sobre todo cerámico, e tamén algún lítico, como por exemplo dun muíño”, así como los clavos de una puerta. El deterioro no solo se debe a las características del suelo en Galicia sino también a que “está nunha zona moi elevada, co afloramento moi arriba, e a pendente sempre é unha inimiga dos restos arqueolóxicos”.
Sobre el afloramiento también habló en la visita Verónica Silva Alvite, técnica de Antiga Arqueoloxía, que se ocupó de acercar al público esta casa, que ya se observa en su totalidad, responder a las preguntas de los asistentes y mostrar el último descubrimiento en la misma, parte de una olla que sería de un tamaño considerable. Así, explicó que se empezó a atacar la croa porque ya existía una pequeña parte de la estructura a la vista, a raíz de anteriores excavaciones por parte de aficionados, que además destaca entre lo que se puede ver actualmente por el musgo que habita ahí. Ya se intuía que el muro era circular y lo que se encontró al excavar es la roca madre, por lo que estaríamos ante la “cimentación” de la vivienda, cuya puerta se situaría en un nivel superior y se especula que hacia el este.
El director de la Cátedra de Arqueoloxía e Educación Patrimonial impulsada por la Universidade da Coruña y el Concello de Ferrol, Juan Luis Montero Fenollós, que acompañó a la técnica, puso en conocimiento del público la inversión que se dispuso para esta campaña. La cantidad que apuntó son un total de 40.000 euros, en los que no solo se incluyen los trabajos de campo y de investigación, que se llevan la mayor parte de la cifra, sino también otras iniciativas como el Arqueódromo, una propuesta para el público infantil que se instala periódicamente en el Centro Torrente Ballester.
En esta campaña, que, como siempre, abarca tres semanas, también se amplió por tercer año consecutivo la zona de entrada al castro. “O que conseguimos identificar é todo o que sería o complexo do sistema de acceso ao castro nunha das súas liñas de muralla, certificando que se trataba dun corpo de garda e unha grande edificación de uso colectivo, que despois foi reconstruída, parcialmente”, relata Samuel Nión, que bromea denominándolo como “o primeiro local social de Esmelle”.
La construcción de mayor tamaño, gracias a los conocimientos obtenidos en otros asentamientos, “era un edificio que tiña un valor simbólico moi acusado e se utilizaba en momentos concretos”, continúa el director técnico, destacando el tejado de losa que delata “unha atención e un detalle que non hai noutros espazos do castro”, como es el caso de la vivienda, que sería vegetal. Asimismo, Fenollós señaló en la visita que esta piedra tendría que haberse importado, como muy cerca, de la comarca de Ortegal.
El cuerpo de guardia, aunque no sería exactamente eso, “ten a funcionalidade dun torreón e estaría flanqueando a zona do acceso ao castro”, de la que realmente solo se ha encontrado la mitad. Todas estas estructuras están conectadas por una calzada, que cuando se descubrió se denominó la Vía Pétrea Esmudiense, según las “Arqueonotas” que se van divulgando en la web catedradearqueoloxia.com.
“Están, literalmente, todas as pedras no seu sitio”, valora Nión sobre el pavimento, caracterizándolo de “milagre arqueolóxico”, ya que “ten máis de 2.200 anos”. Aunque se ha avanzado, todavía no se descubrió el final de este camino, donde el director sospecha que se encontrará “un sistema equiparable” a la entrada ya visible. “O que nos pide o corpo é ter o sistema de acceso enteiro e que a xente poida entrar ao castro pola porta orixinal, que sería bastante bonito e simbólico”, dice.
En la primera semana de excavación se valoró la posibilidad de realizar una prospección geofísica, cuya viabilidad todavía está pendiente de confirmar. Según el director técnico, los resultados, que dependen de sus compañeros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas –CSIC– previsiblemente se recibirán en este mes de agosto. El método “podería axudarnos a ver outras zonas do castro que tiveran algún tipo de interese arqueolóxico”, estructuras o anomalías que podrían contribuir a la forma de actuar en nuevas campañas.
Otro de los grandes avances de esta temporada es la previsión de dejar abierto al público el castro y, aunque “non nos vai ser posible afrontar a restauración de todas as estruturas”, que son de mayor tamaño del esperado, “a idea é que sexa un tapado provisional porque estamos xa nunha fase de consolidación, e o que queremos é que todo o que está escavado agora quede á vista”, advierte. En cualquier caso, la falta de recursos económicos y humanos no impedirá este proceso de apertura, a pesar de ser parcial, que conllevará tres tipos de tareas.
Por un lado, la consolidación, que “consiste en asentar os restos arqueolóxicos de forma que poidan quedar á vista sen que se destrúan”, sigue Nión. Asimismo, será necesario restaurar, una acción que “implica, por exemplo, recrecer parte das estruturas para que sexan máis comprensibles e visibles por calquera persoa”. Complementando estos objetivos a corto plazo, se llevará a cabo la primera musealización en Tralocastro, es decir, la instalación de paneles explicativos u otros “elementos que axuden a interpretar o xacemento por parte do público”. No obstante, avisa de que “isto é unha carreira de fondo”, en la que los trabajos de investigación deben combinarse.
Todos los castros, por definición, son aldeas fortificadas, de manera que comparten el hecho de presentar murallas que protegen edificaciones, tal y como recuerda Nión. La gran diferencia de este asentamiento ferrolano, del que “non se esperaba tanto”, son las señales de una evidente “planificación construtiva” que “non pasa en todas as zonas de Galicia”. Un ejemplo es el propio sistema de acceso “que discrimina por donde podes pasar e onde non” y la presencia de puertas que también restringen el paso a ciertos puntos del poblado.
El director técnico compara esta complejidad con “o que estamos vendo na fachada ártabra, no castro de Elviña”, al que también se dedica este profesional como director. Asimismo, el interés de las personas que se encargan de los trabajos de campo se incrementó este año, llegando a una veintena en total, a pesar de que no todos se encuentren en la propia excavación.
De hecho, entre el personal contratado y en formación implicado en esta tercera campaña participa alumnado de la Universidad de Jaén, de la Universidad de Sevilla y de la University of Melbourne, en Australia. “Tralocastro é unha parte central dentro da cátedra e desta estratexia de divulgar, formar e investigar”, contextualiza Nión, expresando un hecho que “para nós é moi gratificante: xente que estivo aquí aprendendo a escavar agora é arqueóloga profesional”.
“Moitos gardamos estas datas no calendario para poder repetir”, resalta el director, apuntando que la mayoría que no vuelven es porque se lo impiden otras razones aparte de sus preferencias. Cierto es que, después de tres campañas, la motivación se incrementa, puesto que en este momento, el panorama es completamente distinto al inicio, pudiendo “comprender cousas que antes podías intuír” e incluso cualquier persona no experta que visite el lugar puede reconocer que, efectivamente, se encuentra en un castro.
El investigador del Instituto de Ciencias del Patrimonio (Incipit) do Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Samuel Nión Álvarez, especialista en la Edad del Hierro, de la que data el castro, dirige la excavación en Esmelle desde la primera campaña. Este profesional valora muy positivamente la respuesta del público general desde el principio de este proyecto.
Buena parte de las personas que se acercaron son vecinos de Esmelle y otras zonas próximas, como Covas, aunque también destaca a una gran cantidad de habitantes de toda Ferrolterra. “Nótase cando un proxecto ten apoio social; este teno e percibímolo de forma moi clara”, considera Nión. De hecho, el respaldo se constata con el incremento de los asistentes a las visitas guiadas, ya que alrededor de 300 acudieron a las del año pasado, 100 menos que en esta ocasión. Y, aunque algunos repitieron, la mayor parte fueron por primera vez, con mucho interés y preguntas para los expertos. “Que se sume tanta xente é bastante significativo”, destaca.
“A arqueoloxía engancha e, cando escavamos un pouquiño, sempre pide máis”, comenta el director, consciente de que cuando el público ve los descubrimientos piensa que debería aflorar más todavía. No obstante, tal como comentó en la visita el director de la Cátedra, Juan Luis Montello Fenollós, la idea es dejar visible solo algunas partes representativas del asentamiento.