La plaza que se generará tras la demolición de la antigua nave del mercado, sin uso fijo desde su construcción, ya tiene nombre, el de Rancho da Praça- Rendilleiras de Vila do Conde. Pero también tendrá una fisonomía algo diferente a la proyectada en el anterior mandato. Eso sí, sin variaciones en los plazos de ejecución–está previsto que concluya en el mes de noviembre– ni en el coste de la obra –en torno a 881.000 euros–. La concejala de Urbanismo, Blanca García, ha explicado la prioridad de aspectos como la impermeabilización de la plaza o la actuación en los locales adyacentes a la antigua nave, antes que la instalación de un parque biosaludable o la rampa accesible desde la plaza del Carbón.
Una de las cuestiones que más llama la atención de esta obra a su paso por las inmediaciones es la “piscina” de agua en la que se ha convertido la superficie. Son las pruebas de estanqueidad del firme, una de las actuaciones que forman parte de los cambios efectuados con respecto a la obra pevista. La impermeabilización de toda la plaza, explica la concejala Blanca García, ha sido una las cuestiones que se ha priorizado, para evitar filtraciones, y que no estaba contemplada en el proyecto. Además, se ha ampliado el grosor del firme de la superficie, granito, para que permita el paso puntual de vehículos de descarga si se celebra alguna fiesta infantil o si tienen que acceder por alguna cuestión al mercado.
La redistribución de las luminarias en el interior de la plaza ha sido otro de los cambios que se ha realizado. Se ha reducido el número de puntos de luz, al considerarlos “excesivos” y se ha encargado, indicó la edil, un cálculo lumínico, para que sean suficiente a determinadas distancias. Seguirán el modelo de las farolas y puntos de luz del barrio de A Magdalena, y se completarán con bancos, que también se colocarán en las inmediaciones de las otras naves del mercado, eliminando los actuales.
El proyecto del mandato anterior contemplaba, con respecto a los locales adyacentes –ensayo, comercio y hostelería, además de algún bajo vacío, que se sacará a concurso– el cambio de cubierta como actuación única. Ahora, se ha decidido mantenerla –la concejala señala que en el proyecto constaban errores sobre si era de zinc o de acero pavonado, lo que implica costes muy diferentes– y arreglarla, ya que no presenta filtraciones, con un pintado con acabado de zinc acorde con la cubierta del mercado. “A día de mañana, apunta García, lo ideal sería cambiar la pendiente de la cubierta, que ahora se desliza hacia el muro y sería más adecuado que fuese en pendiente hacia la plaza, para evitar acumulaciones de agua y hojas en el muro de la calle de la Iglesia”. La barandilla también se arreglará pero forma parte de otra obra –la de la Iglesia– y se hará una vez concluido el trabajo en los locales. Lo que sí se ha ampliado con respecto a la planificación anterior es la mejora de la edificación en el interior y exterior. Así, se actuará en el núcleo de las escaleras que bajan al parking y en los baños, que serán de uso para el mercado y locales de ensayo, con tarjetas con bandas electrónicas, para evitar el vandalismo. Se pondrá iluminación LED y se pintarán y acondicionarán las instalaciones en el interior y en el exterior, con un pintado, que, indicó la concejala de Urbanismo, formará “todo un conjunto vistoso, funcional y curioso”.
La obra de la nueva plaza del mercado contemplaba, ya en la alameda del Carbón, una rampa para movilidad reducida y una escalinata de acceso a la cuesta de Mella.
La concejala de Urbanismo apunta que “no tenía sentido, había que cortar barandilla histórica y hacer una rampa de cinco metros que restaría unos 40 metros de alameda para su uso”. Además, ya es accesible desde donde comienza la alameda, a poca distancia”. Se planteaba, además, otra escalera que se ha eliminado, teniendo en cuenta que hay tres núcleos de acceso a la calle y se ha priorizado que donde va el ascensor se suba una cota más a nivel de la calle para que se pueda acceder de forma directa al parking –en esta actuación solo se ejecuta la obra civil y quedaría cambiar el ascensor entero–.
La obra en marcha contempla la colocación en el centro de la plaza de un parque infantil, con balancines, cesta columpio, y otros elementos para disfrute de los niños. El parque quedará cerrado con respecto al resto de la plaza e incluirá el pavimento propio de este tipo de instalaciones, de caucho anticaídas. La zona pretende, de este modo, convertirse en punto de reunión para familias, con posibilidad además de instalar terrazas en la superficie de la plaza.
Conseguir el coste cero en las modificaciones efectuadas ha supuesto prescindir de algunos equipamientos como el parque biosaludable previsto. Se podría hacer a posteriori, como en cualquier otra plaza, apunta la edil de Urbanismo, además de considerar que la ubicación –próxima a la entrada del parking– no era la más adecuada. La plaza Rancho da Praça estará elevada sobre Irmandiños y contará con un parterre vegetal.