Los relatos más conocidos de la historia son una de las perdiciones literarias del escritor y aviador Francisco Narla, precisamente porque muchas de ellas esconden sorpresas de las que no se suelen hablar. Es el caso de su última obra, “El buen vasallo”, que dará a conocer este jueves, a las 19.00 horas, en la Central Librera de la calle Dolores.
Tras destapar sucesos como la presencia de vikingos en Compostela, en “Assur”; los samuráis en Sevilla, en “Ronin”, y Julio César en España, en “Donde aúllan las colinas”, entre otros títulos, las investigaciones del autor le condujeron a revisar la leyenda de Rodrigo Díaz de Vivar, que también se vinculó con Galicia.
“La mayoría de lo que sabemos del Cid, en realidad es mentira”, apuntó Narla, concretando ejemplos como que este personaje no mató al padre de Jimena, no fue desterrado una vez sino dos, ni obligó al rey a jurar en Santa Gadea. Estos hechos son parte de la leyenda del “Cantar del mio Cid”, ya que para “el juglar que, en la taberna, quería que le cayeran monedas en el sombrero” era más útil contar hechos gloriosos a que “en algún momento mató inocentes, como cuando prendió fuego en Logroño”, advirtió.
Así, Francisco Narla cuenta la inédita “vida del Cid como hombre”, desvelando verdades como que no solo tuvo dos hijas, María y Cristina, sino también un hijo, Diego, quien muere lejos de Rodrigo, o Ruy, “luchando con los enemigos de su padre”.
Vinculada a este enfrentamiento paternofilial, como esposa y madre, está Jimena, sobre la que “todos conocemos el nombre pero casi nadie conoce la realidad detrás de ella”, indicó Narla. Aunque el matrimonio elevaría la posición del Cid, este no le dio el 10% de sus posesiones, sino la mitad, acogiéndose “las viejas leyes leonesas, siendo castellano”.