Arraela, la apuesta por la tecnología

Arraela, la apuesta por la tecnología
juan manuel caruncho, en el laboratorio donde se buscan nuevos blindajes luis polo

Juan Manuel Caruncho reconoce que es difícil explicar Arraela sin hablar de CT-Rad. Tras asistir impotente al hundimiento del proyecto empresarial que puso en marcha en As Pontes, una vez que quedó a merced de sus nuevos socios mayoritarios, este ingeniero de telecomunicaciones decidió reiniciarse en un sector, el de la radioprotección, en el que ya tiene mucho andado. Gracias a ello Arraela se ha situado, en sus apenas dos años de andadura, en la vanguardia mundial de su campo tecnológico. Llega, ahora, el momento de despegar y conquistar mercados.

Arraela se dedica al desarrollo de nuevos materiales para tres ámbitos concretos, el marítimo, el energético y el de la radioprotección. En este último es en el que Juan Manuel Caruncho había trabajado fundamentalmente con CT-Rad, una empresa que creó en 2004 en Toledo y que fracasó en el intento de emprender una nueva fase industrial, cuando sus nuevos socios decidieron hacerse cargo y despedir al fundador y quien mejor conocía la tecnología.

Caruncho salió de CT-Rad, no obstante, tras haber desarrollado hormigones especiales para áreas radiológicas de cerca de sesenta hospitales, clínicas y centros de investigación de España y Portugal. Con esa experiencia se decidió a poner en marcha Arraela, en una nave de Vilar do Colo en la que invirtió de partida 300.000 euros de su propio capital y que actualmente cuenta con otros ocho trabajadores.

 

salir al extranjero

Así, Arraela ha desarrollado en los últimos dos años cuatro nuevas patentes entre las que destaca un blindaje para sistemas de protonterapia, el futuro en el tratamiento del cáncer, que ofrece ahorro de espacio y evita el rebote de neutrones sobre el enfermo. “Hemos invertido fundamentalmente en investigación y estamos muy bien posicionados desde el punto de vista tecnológico dentro de este mercado, que es muy reducido –explica Caruncho–; ahora tenemos que intentar salir al extranjero, porque en el mercado nacional no hay proyectos”.

el director de la firma ha desarrollado hormigones
para áreas radiológicas de casi sesenta hospitales, clínicas y centros de investigación

Otra línea de actividad de Arraela es la búsqueda de nuevos materiales para el sector marítimo. En este ámbito –en el que Caruncho traía también experiencia acumulada, por ejemplo en el desarrollo de hormigones de alta densidad para los bloques de la cara expuesta del puntal de abrigo de Punta Langosteira– la empresa ha patentado un muerto de anclaje cuya capacidad de sujeción y resistencia al arrastre, entre otras características, mejora lo que hay en el mercado, y un flotador para pantalanes de abrigo o plataformas de ocio que, igualmente, garantiza más seguridad y mayor capacidad inercial. La intención de Juan Manuel Caruncho es realizar pruebas de estos dos sistemas en el litoral de Ares.

Por último, Arraela tiene productos para el sector energético. Concretamente, ha desarrollado un material con gran capacidad para la acumulación de calor que va a aplicarse en centrales termosolares. La empresa cuenta ya con un convenio con una ingeniería para el desarrollo y la aplicación de estos hormigones en futuras plantas de este tipo.

Arraela mantiene una estrecha colaboración con grupos de investigación de las universidades de A Coruña, Santiago, la UNED y la Politécnica de Madrid y su trabajo ha despertado ya el interés de varias empresas punteras en sus ámbitos de actuación. Una vez que la firma ha desarrollado una cartera de productos de alta tecnología, explica el fundador, se han presentado propuestas y proyectos en países como Brasil, México, Colombia o Perú, Francia o Arabia Saudí y se espera que estas gestiones fructifiquen pronto y lleguen los contratos.

Juan Manuel Caruncho lamenta el nulo apoyo que ha recibido de las administraciones públicas, pese a que el proyecto que presentó al Plan Ferrol superaba con creces los requisitos exigidos. Habiendo llegado hasta aquí con una apuesta personal y sus propios recursos, y estando en una situación de liderazgo tecnológico en los campos en que se interviene, procede a iniciar una nueva etapa de consolidación y expansión “si la crisis financiera y de mercado no lo impide”.

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