11º-16º
viernes | 3 mayo | 2024
The New York Times publica desde el año 1851 sus ya famosos obituarios, para recordar a jefes de estado, celebridades, atletas o científicos de todos el mundo. Pero hasta hace poco, la gran mayoría de esas personalidades eran hombres y, preferentemente, de raza blanca.
Con la serie “Overlooked no more”, la publicación neoyorkina inició en 2018 una revisión de esos obituarios, con el fin de rectificar esos “olvidos” y recordar a personas que considera imprescindibles y que en esos 170 años de historia el Times había “pasado por alto”.
Ahora, esos nombres, historias y vidas que el prestigioso diario no contempló en su momento forman parte de un libro con el que el Times quiere “corregir errores del pasado establecer un nuevo precedente para una cobertura equitativa de las vidas perdidas y reorientar la mirada de la sociedad sobre quién se considera digno de recuerdo”, como explica en la promoción de la nueva publicación de los obituarios, obra de Amisha Padnani.
El primer libro relacionado con la serie pionera, “Overlooked”, comparte 66 historias extraordinarias de personalidades de lo más diversas, algunas de las cuales alcanzaron cierta fama en vida, pero que no se recogieron en los obituarios del momento de su fallecimiento en The Times.
Entre esta selecta recopilación de figuras dignas de tener su espacio en la publicación americana se encuentra una ferrolana, Ángela Ruiz Robles, cuya labor y vida comenzó a ser recuperada hace ya algunos años desde instituciones académicas, así como desde el Concello de Ferrol, donde en 2022, se le dedicó el Día de la Mujer y de la Niña en la Ciencia.
Aunque leonesa de nacimiento, Ángela Ruiz desempeñó su labor docente en este concello y en él, además, reposan sus restos en el cementerio de Serantes, precisamente en la zona que se conoció en su día como el cementerio de los niños, muy acorde con el papel que la que fue maestra en Mandiá y directora de la Escuela de Niñas del Hospicio de Ferrol. Cuenta con una placa en la casa en la que residió, Real 120.
El NewYork Times recoge en su sección “Overlooked no more” de obituarios del 10 de noviembre de 2023 que no volverá a ser pasada por alto Ángela Ruiz Robles, a la que describe como “inventora de uno de los primeros lectores electrónicos, mucho antes de que los Kindles y los iPads se hicieran populares”.
“Overlooked” revisa figuras “ignoradas” y dignas de recuerdo como esta científica
La enciclopedia de Ruiz Robles surge, como recuerda Cindy Shmerler en The Times, del interés de esta maestra por aligerar la carga de los estudiantes. Así, diseña una caja verde pálido del tamaño de un libro de texto con un curioso interior con carretes horizontales que contenían pergaminos de información de diversos temas, intercambiables. Funcionaba con pilas e incluso contaba ya con luz, como los más modernos libros electrónicos, a través de pequeñas bombillas para que se pudiese leer en la oscuridad. Máximo conocimiento con el mínimo esfuerzo era el reto de esta maestra.
Su enciclopedia fue patentada en 1949 como un artilugio con un procedimiento mecánico, eléctrico y de presión de aire para la lectura de libros y tuvo hasta su prototipo, elaborado en los astilleros ferrolanos en el año 1962.
El obituario de Ruiz Robles recuerda que si bien en noviembre de 2007 Amazon presentó su Kindle y sus dispositivos se acabaron en menos de seis horas, la obra pionera de la ferrolana no logró financiación para su creación, aunque ella nunca renunció a fabrica su invento. Eso sí, la condición que marcó quizá determinó su futuro: debía ser un producto español y rechazó, de este modo, las ofertas que tuvo para producirlo en Estados Unidos. Precisamente en este país salta ahora a las páginas del New York Times cuando quizá podría haberlo hecho como la gran científica que fue en su época.
La maestra de Mandiá, que fue directora del Hospicio ferrolano y que desarrollo métodos educativos para estudiantes con discapacidades, publicó entre 1938 y 1946 un total de 16 libros de texto, entre los que se incluían, como también recuerda la publicación neoyorkina, tutoriales de ortografía, gramática, sintaxis, taquigrafía y fonética. Con la muerte de su marido, en 1946, y con tres hijos a su cargo, Ruiz Robles “a pesar de sus considerables tareas domésticas y docentes dedicó el tiempo libre que tenía a inventar un enfoque moderno e interactivo de la educación”, como se ha valorado y la ha hecho merecedora de su espacio en el “Overlooked” del NYT.
En 1947 fue condecorada con la Cruz de Alfonso X el Sabio “por sus innovaciones en el campo de la educación, la investigación y la labor social” y en 1952 galardonada con una medalla de oro en una exposición de inventores españoles. Murió el 27 de octubre de 1975, a los 80 años de edad.
Comparten páginas con Ruiz Robles, nombres como Terri Rogers, una ventrícoluo y maga transgénero; Stella Young, comediante discapacitada; Katherine McHale Slaughterback, una granjera que se hizo famosa como “Rattlesnake Kate”; la poeta y novelita Sylvia Plath; la periodista Ida B. Wells o el primer ciclista negro de EEUU, Mayor Taylor.
Entre las olvidadas y recuperadas en los obituarios de The Times figura otra española, Margarita Xirgu, “la actriz española que enfureció a los fascistas”, recuerda la publicación.
