Sillobre recupera el oficio de las lavanderas

Sillobre recupera el oficio de las lavanderas
La recreación histórica atrajo a numeroso público | Jorge Meis

Caminando varios kilómetros, por empinados caminos de piedras con kilos de ropa en tinas de metal sobre sus cabezas, las lavanderas llegaban a los lavaderos para ponerse a lavar en la fría agua de los manantiales. Escurrirla, tenderla, blanquearla, esperar a que seque y vuelta a casa. Un trabajo femenino llevado a cabo por muchas mujeres que cada año se recuerda en Sillobre, Fene, con el Encontro de Lavandeiras que organiza la propia asociación surgida desde la Sociedad Agarimo de Sillobre.


Aunque es toda una fiesta con recreación teatral incluida, como explican desde la Asociación de Lavandeiras, se quiere rendir homenaje a estas mujeres que en el siglo XIX desempeñaban esta labor.


Como recuerdan, no era un trabajo para su casa, sino que acudían a Ferrol en lancha para volver con sus cestos cargados de ropa de las familias pudientes de Ferrol. De regreso amontonaban las prendas en carros para dirigirse al lavadero de Sillobre y una vez limpias y secas volvían a la ciudad, ganando así un dinero que permitía contribuir en casa, ya que muchos hombres estaban en la emigración.

 

 

 

Precisamente en esta parroquia fenesa cada año se conmemora este encuentro, que ayer llegó a su décima edición, y que tiene su momento álgido en la recreación de este oficio, con la simulación de la llegada de las lavanderas a Sillobre para de-sempeñar su labor.


La fiesta histórica es ya mucho más que un recuerdo y homenaje a estas mujeres y así la celebración, que comienza ya a primeras horas del día, perdura hasta bien entrada la noche.


Ayer, se recordó el objetivo final con la proyección del corto “A cultura da auga: as lavandeiras” y tras un viaje por la ría y una comida popular, ya por la tarde se celebraron varios talleres artesanales y se visualizó el programa “As lavandeiras de Sillobre”.


La recreación, con mujeres ataviadas con sus pañuelos en la cabeza, toquillas y sus fajos de ropa a la cabeza fue el momento más llamativo de una fiesta en la que no faltó la música, los “petiscos” para cenar y puestos de venta de artesanía y comida que hacen de Sillobre una cita obligada cada mes de mayo

Sillobre recupera el oficio de las lavanderas

Te puede interesar