Con el anuncio del fichaje de Pablo López como nuevo entrenador, el Racing de Ferrol quiere empezar a cambiar su suerte y limpiar ese mal fario que acompañó al club durante una campaña, la segunda consecutiva que estaba en Segunda División, que acabó de la peor manera posible: con un descenso, que si bien se certificó a falta de cinco jornadas, estaba prácticamente confirmado desde hacía meses.
Esa nefasta temporada se cobró muchas víctimas, algunas propiciadas por la mala situación deportiva y otras como un acto de amor y cariño a un club que le había dado tanto.
Apenas un año después de haber conseguido la mejor clasificación histórica del club, quedándose a nada de disputar los playoffs de ascenso a Primera División, Cristóbal Parralo tuvo que lidiar con varias salidas de jugadores importantes y afrontar una segunda campaña, en la que la expectativa era superar lo ya logrado. Sin embargo, lo que se esperaba que fuese una continuación de un cuento feliz, rápidamente se tornó en una pesadilla que no tenía fin. No salían las cosas y eso provocó un aumento de frustración considerable que alcanzó su punto más alto aquel 21 de diciembre, en el que el de Priego de Córdoba propinó un cabezazo a David Navarro. Unas semanas después, Parralo y Manjarín fueron cesados de su cargo después de que el equipo cayese por un contundente 6-0 ante el Racing de Santander en El Sardinero. Cristóbal dejó el club siendo el segundo entrenador que más partidos le dirigió, sólo por detrás de Luis César.
La salida del duo formado por el cordobés y el asturiano propició varios cambio. Primero, llegó Alejandro Menéndez para tratar de darle la vuelta a una situación muy complicada. Después, en la plantilla se produjeron dos salidas más o menos esperadas como fueron las de Julián Delmás y Moi Delgado. Sus huecos fueron aprovechados para poder inscribir a Raúl Blanco y a Naim García, dos de los fichajes invernales. Sin embargo, aunque Menéndez comenzó con buen pie su andadura, ya que ganó al Levante –a la postre ascendió a Primera–. Con todo, la situación no cambió mucho y el club siguió buscando refuerzos y consiguió la vuelta a casa de Heber Pena. Sin embargo, no había hueco para inscribirlo. El capitán del equipo, Álex López, se sacrificó una vez más por su club y anunció su retirada para que el naronés formase parte de la plantilla. Este gesto cariñoso buscaba un efecto, que sin embargo, no se llevó a cabo.
No sucedió porque el equipo, a pesar de triunfar en el Ciutat de Valencia, volvía a demostrar carencias, tanto en ataque como en defensa, que provocaron que se fuese hundiendo un poquito más en la clasificación. Menéndez trató de levantar al equipo, agitó el frasco todo lo que pudo y más, pero no fue suficiente y el descenso se consumó. Logró terminar la temporada, pero unos días después el preparador anunció su marcha.
Quizá no lo era tanto la que sucedió un día después. Y es que el pasado lunes 2 de junio, Carlos Mouriz presentó su dimisión como Director General y Deportivo del Racing Club Ferrol. Una noticia que sorprendió a muchos. El lucense puso fin a más de siete años en la entidad verde, en la que, a pesar de no confeccionar una gran plantilla este año, logró devolver al equipo al fútbol profesional. Sin embargo, el desgaste y esta mala campaña pesó demasiado y quiso dar un paso al lado. Eso sí, antes cerró el fichaje del nuevo entrenador, Pablo López, un hombre que conoce la casa y que espera devolver al camino a Segunda. Además, si todo va bien, podrá contar con parte de la ciudad deportiva, el único brote verde de esta aciaga campaña que acaba de terminar.