9º-17º
martes | 23 abril | 2024
De entre los factores que explican la gran segunda vuelta del Racing, la fortaleza defensiva es uno de los más relevantes. Es un hecho que la retaguardia le ha dado estabilidad al equipo durante la mayor parte de las fases de lo que va de temporada, pero la sensación es que, en el tramo actual, a los rivales les cuesta cada vez más hacerle daño al conjunto que prepara Cristóbal Parralo.
Con el encuentro del pasado sábado ante el Talavera, la escuadra verde eleva a doce el número de jornadas en las que no ha recibido gol –dejando al margen el 3-0 ante el Extremadura por incomparecencia–. Atendiendo a la trayectoria del equipo desde finales de agosto, esta imbatibilidad es más probable en los encuentros en los que el Racing ejerce de visitante. De los doce, ocho los ha jugado fuera de A Malata: Zamora, Tudela, Majadahonda, Irún, Madrid (Dux), A Coruña, Logroño (ante la Sociedad Deportiva) y León. Es decir, en casi en la mitad de los enfrentamientos que ha disputado fuera de A Malata (17) Gianfranco Gazzaniga no ha tenido que recoger el balón del fondo de las mallas.
Esta solidez tiene también su consecuencia en el número total de goles recibidos. Solo el Zamora (1-3) le ha metido más de dos goles esta temporada al Racing, que, junto con Deportivo y Badajoz, es el menos goleado, con 25 en 34 partidos. Uno más ha encajado el Racing de Santander. En el grupo II solo hay tres equipos que hayan recibido menos de 30 goles: Albacete –segundo clasificado, con 27–, Sabadell –cuarto, con 29– y Nàstic de Tarragona –undécimo, también con 29–.
Uno de los “responsables” de la fiabilidad defensiva del Racing esta temporada, aunque en los últimos partidos por diferentes circunstancias haya participado menos, es Yeferson Quintana. El central uruguayo reconocía ayer tras el entrenamiento que “tengo grandes compañeros que están haciendo un trabajo muy bueno” y que la zaga “ha rendido a un muy buen nivel, y eso es bueno para el grupo”.
Esa consistencia será, pronostica, más necesaria si cabe en un campo como el del Unionistas, no solo por el peligro del propio rival, sino también por el césped, de hierba artificial. “Será disputado, de muchos balones aéreos”, señala, “y tenemos que estar preparados”, añade, por la superficie en la que se jugará. “Hay que tener en cuenta el pique de balón, que es medio segundo más rápido que en césped natural”, apunta. Hasta ahora –ante Dux y San Sebastián de los Reyes– el Racing no ha podido ganar en hierba sintética.
