Rabia, alegría y pausa. Estos son tres de los ingredientes que el sevillano Moi Delgado aporta en su particular receta para la elaboración del plato de la victoria racinguista. El primero, más bien una declaración de intenciones tanto del lateral izquierdo verde como de todo el vestuario racinguista. 

Una rabia ya en fermentación desde hace poco más de un mes que “tenemos que sacar, que llevamos dentro, que estamos todos los días entrenando y queremos conseguir esos frutos del trabajo”, señala el de Utrera pocos días antes de la visita de un Albacete al que “veo muy completo, el entrenador me gusta, lleva muy bien el vestuario y nos lo va a poner muy complicado”. Si bien, y aunque con paso lento y superando obstáculos no previstos, el Racing recibe al grupo de su excompañero Jon García en otra fase, como así apunta Delgado. “Visto como estamos entrenando, con esas ganas... el paso adelante que hemos dado en Cádiz y que en este sistema el equipo se adapta mucho mejor, creo que nosotros también le vamos a poner las cosas difíciles”, añade. 

Y aquí llegaría entonces la alegría. Esa que tanto plantilla como afición quieren experimentar cuanto antes mejor, ya que la última victoria liguera en A Malata se firmó ya hace cuatro meses, un 11 de mayo ante el Alcorcón. “La afición está ya ansiosa y nosotros también”, señala un Moi Delgado que se echará sobre sus piernas todo el peso de esa banda izquierda tras la lesión de su compañero Brais Martínez, reviviendo una situación similar a la vivida en la pasada campaña. Eso sí, cuando la competición estaba ya más avanzada y los resultados eran mucho más verdes para los de A Malata. 

Un dominó de lesiones que por supuesto trastoca el plan de competición racinguista, pero no la búsqueda de esa victoria “que estamos deseando tenerla, que cambie la racha en cuanto a resultados y lesiones y que venga ya la alegría con una buena victoria y, por qué no, aquí en casa”, señala del andaluz.  
 

Dirección correcta

Y en esa ansia por conseguir los tres puntos apareció en el duelo ante el Cádiz una esperanzadora pausa hasta ahora no vista por Delgado en el juego verde “para llevar el balón para un lado y para otro y eso dentro del campo lo estaba disfrutando”, señala el jugador local, además, por supuesto, de una capacidad de sufrimiento que se tradujo en un conjunto gaditano que “nos hizo muy pocas ocasiones de peligro y eso también es para valorar, el equipo está dando un paso hacia adelante”. 

Especialmente después de la primera media hora de juego tras la que “se soltó más”, apuntando a, todavía, la falta de ese último pase “porque si no estaríamos hablando aquí de otra cosa. Estamos trabando la suerte de ese último pase, porque la suerte no es suerte, eso se trabaja”, sentencia. 

Delgado ve a su equipo más vivo que nunca y eso se demuestra en sus recorridos en el campo, como él mismo señala. “Todos los jugadores corren, no es un equipo que está muerto, tiene ganas”, subraya. 
La acertada mezcla de estos ingredientes podría darse el sábado y con un “comensal” muy especial en la mesa de A Malata como es el exracinguista Jon García. Si bien Delgado ya avisa “aquí Jon es muy querido en el vestuario, pero cuando venga este fin de semana, lo siento –ríe– va a ser un rival, dentro del campo no hay amigos”.