Premio menor para el Racing de Ferrol

Rompió el Racing la racha de cuatro derrotas consecutivas que llevaba. Sin embargo, el empate con el que saldó el partido que lo enfrentó al Mérida (1-1) no le hace regresar a la senda de la victoria. Al contrario, agranda un bache que se traduce en que solo ha sumado dos de los últimos quince puntos por los que ha peleado, lo que lo saca de la zona de playoff de ascenso a Segunda en la que estaba. Al menos, el corazón exhibido en el tramo final de este encuentro enseña la base desde la que el cuadro verde espera recuperar su puesto entre los mejores.

No fue bueno, como viene siendo habitual últimamente, el arranque de partido del Racing. Al contrario, las imprecisiones que cometió permitieron al Mérida disponer de las mejores ocasiones –un cabezazo fuera de Carlos Cinta, completamente solo tras una acción a balón parado, fue la más clara– ante un cuadro verde que parecía desorientado y sin ideas de lo que tenía que hacer para generar peligro.

Menos mal que el conjunto de la ciudad naval se fue recuperando y empezó a comportarse como venía siendo habitual en él. Fueron unos minutos en los que dio la sensación de tener el dominio y sentirse superior, pero el hecho de no crear ocasiones fue indicativo de que le faltaba algo. Por contra, el cuadro visitante sacó partido de un error racinguista para adelantarse en el marcador después de que Pipe ganase la acción a Brais Martínez, y con ello la línea de fondo por la derecha, para servir en bandeja el tanto a Carlos Cinta, que con un toque superó la presencia del cancerbero Gazzaniga.

Este tanto noqueó a la escuadra de la ciudad naval que, a partir de ahí, exhibió una imagen deslavazada, sin precisión a la hora de atacar ni contudencia al defender. Así que lo mejor que le pudo pasar es que se llegase al descanso del partido sin que el marcador se moviese de donde estaba.

Variaciones

Empezó la segunda parte y el partido no mostró demasiados signos de cambiar del camino por el que transitaba. Así, sin tener la claridad suficiente como para generar ocasiones de gol y sin tener la firmeza defensiva necesaria para no encajar, el encuentro necesitaba un cambio que Cristóbal Parralo trató de encontrar con las entradas desde el banquillo.

Más por empuje que por otra cosa empezó el Racinga a embotellar a su rival y a generar ocasiones. No fueron muy claras al principio –los lanzamientos de Jardí y Dani Nieto no encontraron puerta– pero, después de que el empate llegase de la forma menos esperada a través de un penalti convertido por Joselu, el empuje racinguista de los últimos minutos, desbocado en busca de la victoria, fue apabullante.

En este tramo, de hecho, el cuadro verde generó ocasiones de todos los colores. Comandado por un Luis Chacón que demostró ir a otra velocidad que el resto de sus compañeros, las llegadas por banda de Carlos Vicente y Jardí, la presencia ofensiva de Joselu y la llegada desde el centro del campo de Del Pozo se tradujeron en ocasiones para que el cuadro verde se llevase la victoria. Pero ninguna de ellas se tradujo en la victoria que le daría aire a un Racing que, sin embargo, no puede evitar que su caída en la tabla siga.