Las 22:23 horas del martes 29 fue ese momento que, si bien no por menos esperado, se clavó en corazón y memoria de Racing de Ferrol y afición verde. Lax Franco fue el encargado, con su silbato, de certificar la “muerte” en Segunda División de una escuadra verde cuya vida en la categoría de plata ya tenía los días contados, faltando sólo la última estocada, la que le dio el Almería.
Un descenso cocinado a fuego lento, muy lento, pero desgraciadamente constante, muy constante, y que terminó por quemar a los verdes hace pocas horas y sin palabras para describir esa sensación. “Es tristeza, no encuentro otra”, señalaba un Fran Manzanara visiblemente abatido tras conocer el final del viaje de su equipo, de momento, en Segunda. “Sabemos lo que cuesta llegar al fútbol profesional. Después de la temporada pasada que fue una locura... esta no hemos estado a la altura en la mayoría de tramos de la liga y sólo puedo, en nombre de todos, pedir perdón”.
Uno de los veteranos racinguistas vivió el martes, sin duda, su peor momento con la camiseta verde, tras “conocer la cara bonita, en unos años casi de ascenso y de ascenso... Lo que se vivió en Ferrol, como se sumó la gente a venir a A Malata, hacerse socio. Y hoy es tristeza”, subrayaba tras cuatro campañas como un ferrolano más, subiendo desde una Primera RFEF con la que ahora se volverá a encontrar.
Manzanara espera que esa masa social, esos asientos llenos en A Malata se mantengan, pidiendo a una afición de la que entiende su enfado “perdón, porque la temporada no ha sido buena. Espero que sigan con nosotros. El Racing ha ido creciendo, está creciendo de manera brutal y que no se desganche, porque el Racing son ellos, es la afición, la gente que compone el club, trabajadores, oficinas, jugadores, cuerpo técnico... pero sobre todo afición”, insistía el jugador.
“Es lo que hace que el equipo funcione y que el club siga hacia arriba. Lo único que espero es que sigan respondiendo como lo están haciendo y que el club siga creciendo”, manifestaba muy “tocado” el de La Solana, con un Racing descendido pero al que todavía le restan cinco duelos para “dejar el escudo lo más alto posible” y pensar ya en la nueva recta e ingredientes para volver a Segunda.