El sueño del niño y posterior integrante del primer equipo racinguista Diego Rivas comienza a cumplirse. No sólo por pasar a formar parte de la pirámide de mando verde, sino por hacerlo también con un Álex López, compañero de cantera, a la espera este de un nombre para un trabajo que ya está realizando. “Lo que no se sueña no lo puedes conseguir”, apuntaba el que fue meta racinguista, “a los dos nos apasiona esto. Uno primero tiene sueños como jugador, que afortunadamente los pudimos cumplir y por qué no cumplirlos ahora desde el otro lado”, señalaba Rivas en los que están siendo unos días de esperanzadores retornos a A Malata.
El local llega de nuevo a su casa de la mano de un Álex Vázquez con el que ya trabajó en el Arenteiro y lo hace “con mucha responsabilidad por venir a este club centenario y por el vínculo que tengo con él. Venimos de una temporada difícil y queremos cambiar ese ánimo y ese sentir cuanto antes”, relataba Rivas, poniendo sobre la mesa el lógico deseo de conocer ya nombres, subrayando a que si bien “tenemos que analizar bien todas las situaciones de mercado, a partir de ahí irán apareciendo nombres, más pronto que tarde”.