Sebastián Tarta Razvan (08/08/1998) ya había sido “pretendido” por el Intasa San Sadurniño cuando el argentino Flavio Calafell estaba en el banquillo local –“él fue el que me llevo a Superliga”, cuenta–, si bien la no renovación del técnico hizo que la llegada del deportista de Aracena –Huelva– se demorase unas cuantas temporadas más.
El opuesto andaluz no sólo llegó para reforzar la primera formación local con un viejo conocido como Parga en el banquillo y con su exrepresentante Uxío García en la presidencia, sino que, además, una de sus “condiciones” era, asimismo, hacerse cargo de alguno de los grupos de la cantera azulona. Y así fue. Desde Narón, donde reside con su pareja, el onubense se desplaza a Cedeira y a Ortigueira, concellos hasta los que el Aldebarán ha lanzado sus “redes” para que la familia “voleibolística” de la comarca siga creciendo.
“Vengo del Grupo Laura Otero extremeño y allí llevaba el equipo juvenil e infantil masculino. Cuando vine le dije si había la opción de llevar alguna de las escuelas, que me gusta, y aquí estoy”, cuenta el opuesto tras su primera campaña. “Es muy gratificante ver cómo evolucionan, ver cómo el deporte te enseña valores, valores que a mí me enseñaron de pequeño y que me dieron mucho, y ahora transmitirlo”, cuenta Razvan, que compagina su faceta de jugador y entrenador de la base con sus estudios para policía local y nacional.
Una alegría que, sin duda, también va creciendo conforme más y más nombres se unen a estas escuelas, en las que cuentan ya con más de medio centenar de deportistas, cuya evolución es muy palpable con el paso de los meses.
“En Cedeira empezamos con un grupo de ocho y ahora somos trece. Hay diferentes edades, por lo que hay que ver cómo organizamos para la próxima temporada”, relata Razvan. Un vivero que ha estado trabajando de momento en un nivel de iniciación –no federado– y “el año que viene vamos a intentar competir en Xogade”. A poco más de 25 kilómetros, en Ortigueira, el grupo infantil ya estaba, precisamente, en esta cita escolar, con cadetes y juveniles en Tercera Gallega, con la pretensión de añadir también el cuadro infantil. Asimismo, “intentaremos aumentar también las horas de entrenamiento”, señala Razvan, de cara a distribuir a sus pupilos por categorías.
Y si bien desde la entidad las puertas han estado y están abiertas tanto a niños como a niñas, el número de éstas es mayor que el de ellos. “Las escuelas en un inicio ya había femenino y las que se apuntan son amigas”, relata el jugador, “pero sí que es verdad que ahora en alevines y benjamines se va viendo también un poquito más de niños”.
El de Huelva no esconde su admiración por sus alumnos de ambos concellos a los que transmitir su pasión por esta disciplina, señalando que “son grupos muy majos para trabajar. En Ortigueira los grupos de infantil y alevín y juvenil y cadete, con unos 17 deportistas en cada uno, y se puede trabajar cómodamente, evolucionan y lo disfrutan mucho”, relata el onubense, “cuentan lo que hacen, los viajes, los partidos, la gente que conocen... y eso hace que poco a poco venga más gente”. Una familia en constante crecimiento y con la que el Aldebarán comparte la receta de esa pócima que les ha convertido en la aldea gala del voleibol en la comarca. Ahora ya camino de ciudad.
Su aterrizaje en San Sadurniño llegó, además de para cambiar de aires, fruto de la ambición, propia y del club. “San Sadurniño lo que pretende siempre es ganar cosas”, cuenta Razvan. Un opuesto que recaló en el conjunto de Parga en la campaña en la que el Intasa podría haber formado en Superliga, renunciando por motivos económicos a su plaza.
“Me parece lo más coherente”, cuenta el jugador sobre la decisión de su equipo, “si en ese momento no era una opción sostenible, creo que lo han hecho bien”. Un ejercicio de nuevo en Superliga 2, en la que las lesiones impidieron a Razvan y sus compañeros volver a pelear por estar entre los mejores.
“Es una temporada de mala suerte, no se puede llamar de otra manera. Si hubiéramos estado los catorce del principio, funcionando como estábamos funcionando, otro gallo hubiese cantado. Fue una barbaridad”, señala un jugador que valora la quinta posición finalmente lograda. “Era a lo mejor que podíamos optar”, confiesa. Eso sí, para el próximo año “los objetivos son claros. Vamos a pelear por estar lo más alto posible”, sentencia.
Lo+ personal: “Estoy enamoraíco de Galicia, es un paraíso”
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El acento lo descubre, pero el onubense Razvan es ya un gallego de corazón. El de Aracena, que ya había pisado “Gallaecia” en su etapa en el Emevé, tiene muy claro lo que más le gusta de su segunda casa. Y, por supuesto, lo que no.
¿Qué le encanta y que le gusta menos de vivir aquí?
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