Comienza el trabajo de campo para estudiar los bancos de moluscos de Pontedeume

Comienza el trabajo de campo para estudiar los bancos de moluscos de Pontedeume
Los técnicos extraen muestras del sedimento del río Eume para su análisis en su desembocadura | cedida

Los técnicos de la Estación de Bioloxía Mariña da Graña, que pertenece a la Universidad de Santiago, han comenzado estos días la toma de muestras del sustrato en el estuario del Eume. Esta recolección de material, que se desarrollará en 62 puntos de la desembocadura del río, forma parte del proyecto para detectar las causas de la disminución de la productividad de los bancos marisqueros de la zona. El estudio es una iniciativa de la Cofradía de Pescadores de Pontedeume financiado por Endesa, que aporta los 56.000 euros que cuesta.


Las tres entidades implicadas pretenden establecer la calidad de los bancos marisqueros y dar respuesta a la caída creciente de su productividad. Para ello, los investigadores de A Graña han diseñado una red detallada de puntos de muestreo y una serie de análisis que permitirán determinar la calidad del sistema actual, las variaciones que experimenta a lo largo de las cuatro estaciones del año y los cambios producidos en los últimos doscientos años.


La primera fase del estudio se centra en la evolución espacio-temporal de la calidad física y química del sistema. Con tal fin se están observando las características de los sedimentos y de las aguas superficiales de la zona, con muestreos trimestrales en 62 puntos.

 

 

Identificación


Además, los científicos han tomado cuatro núcleos para estudiar la columna sedimentaria e identificar los cambios producidos en los últimos 100 o 300 años. En la segunda fase del trabajo de campo abordarán el estudio hidrodinámico y la modelización hidrológica de la parte interna de la ría con y sin alteraciones al flujo natural de las corrientes.


Con la integración de la información obtenida en ambas etapas, la Estación de Bioloxía Mariña da Graña identificará las causas de la pérdida de productividad de los bancos marisqueros y propondrá medidas correctoras de diferente alcance. De este modo, se asegurará el éxito de las actuaciones que acometa la Cofradía de Pescadores para recuperar la población de moluscos.


Cabe destacar asimismo que para llevar a cabo este proyecto resulta esencial contar con un modelo digital del terreno interior de la ría, con batimetría y topografía, que no está disponible, por lo que se hará una campaña de toma de datos para obtenerlo, lo que consumirá doce meses.


Según explicó Xosé Lois Otero, responsable de las estaciones biológicas de la Universidad de Santiago, “la idea básica del proyecto es intentar identificar cambios en la calidad del sedimento en la ría del Eume para averiguar qué parámetros y qué procesos se han modificado a lo largo del tiempo, que hayan podido influir en la productividad del banco marisquero”.


El científico agregó que “los sedimentos reflejan de forma fiable esos cambios en la textura del sedimento, cambios en la composición química, como, por ejemplo, la cantidad de materia orgánica, la composición en sulfuros, etc. Son procesos que repercuten en la calidad del sedimento y la productividad de los bivalvos”.


Las primeras muestras se recogieron en la zona cercana al puente que comunica la localidad de Pontedeume con Cabanas. Las mediciones iniciales, incluso antes de llegar al laboratorio, ya evidenciaron algunos indicios sobre el estado de ciertos puntos del estuario. Asegura el profesor Otero que “en esta primera muestra se observa un sedimento tremendamente negro, con olor a sulfídrico, lo que refleja que se ha enriquecido muchísimo de materia orgánica y que la actividad microbiana fundamental es una actividad que conduce a la descomposición de la materia orgánica utilizando los sulfatos como oxidante y genera sulfídrico, que le da ese color negro al sedimento. El sulfídrico es un producto muy tóxico para plantas y bivalvos, con lo que puede ser unas de las causas que conduzcan a la reducción de la productividad de estas especies”.


Este podría ser uno de los factores que ha llevado a una caída en el rendimiento del estuario, pero no el único. Por este motivo el análisis será minucioso, según Xosé Lois Otero: “Vamos a hacer 62 tomas de muestras homogéneas en diferentes puntos de la ría, con un máximo de profundidad de medio metro, y cada dos y cinco centímetros podremos observar los cambios que se han producido en el ambiente, cambios pasados que se han dado en el material que se ha depositado en el sedimento y su calidad”. 

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