Emma tiene cuatro años y medio y su vida, como la de su familia, es bastante complicada para su corta edad. Y es que la menor padece una enfermedad neuronal de carácter genético conocida como el Síndrome de Angelman. Afecta a múltiples aspectos como la parte motora y la ausencia del habla y requiere de una atención constante y de unos tratamientos costosos.
Precisamente, para sufragar estos gastos médicos, su abuela, su madrina y su madre llevan tiempo recolectando –con la ayuda de los vecinos y vecinas de Pontedeume, asociaciones y concellos de las comarcas, entre otros– tapones de plástico y otros envases de este material, que acopian en un almacén de la avenida de O Peirao y que, en la actualidad, se encuentra a rebosar.
Lo que podría ser una fantástica noticia se ha tornado en un problema cuando la empresa que se había comprometido a comprar dichos tapones los ha “dejado tirados”. “Primero quedaron en venir a recogerlo y no vinieron. Luego me cambiaron el precio y finalmente la conclusión es que no pensaban que fuésemos a recoger tanto plástico”, explica la madre de Emma, Cristina Cancio. Ambas se encuentran esta semana en Castellón para continuar con el tratamiento intensivo de la pequeña. “En cuatro semanas lleva tres encefalogramas. Está trabajando bien y le han bajado las crisis epilépticas, que podían llegar hasta las siete y ocho diaras”, explica afectada.
Por todo ello, pide ayuda desesperadamente para encontrar otra firma que adquiera los tapones recolectados. “La gente está muy volcada. El almacén ahora mismo es caótico pero nos da rabia decirle a la gente que no los guarde porque no tenemos comprador”.