La capilla de San Miguel de Breamo, una de las joyas patrimoniales de Pontedeume, amaneció en los últimos días con pintadas.
Fue la Asociación para a defensa do Patrimonio Cultural Galego (Apatrigal) la que alertó de estos actos vandálicos a través de sus redes sociales, indicando que las mismas se ubican en la cara derecha de su fachada principal.
Cabe recordar que la ermita es el único resto del Real Priorato de San Miguel de Breamo en el que se estableció una pequeña comunidad monacal de Santo Agostiño, en la época de Fernando II de León –de 1157 a 1188–, siendo uno de los lugares de peregrinación más señalados del Eume, con dos romerías al año –a principios de mayo y finales de septiembre– en honor a San Miguel.
Desde el Ayuntamiento explican que el templo es propiedad de la Iglesia –concretamente de la parroquia de Vilar– y que el lugar en el que se ubica, alejado de cualquier vivienda, hará complicado localizar a los responsables. “En esta época sube mucha gente a hacer churrascadas, también por las noches... pero es difícil que alguien haya visto algo”, explicó el alcalde, Bernardo Fernández, a preguntas de este Diario.
Pese a todo, la Policía Local investigará los hechos y, “si se localiza a las personas que hicieron las pintadas, se les va a sancionar”, asevera el regidor, que aprovechó para hacer un llamamiento y recordar “que los edificios históricos son patrimonio de todos y de todas. Lo mismo pasa con el mobiliario público. Tenemos que cuidar de ellos y eso es una labor de cada ciudadano. Este tipo de comportamientos no tienen cabida en una sociedad civilizada”, remarcó.