Todo listo en la Serra da Capelada, en Cedeira, para vivir una nueva edición de la Rapa das Bestas, una de las tradiciones más arraigadas y singulares de Galicia. Esta semana se intensifican los trabajos de recogida y preparación de los alrededor de 300 caballos salvajes que pastan en libertad todo el año en las más de 2.000 hectáreas de monte de la zona.
Pese a que los dos días grandes serán el sábado 31 de mayo y, sobre todo, el domingo 1 de junio, el secretario de la asociación San Andrés de Teixido Eventos –que impulsa el popular encuentro con la colaboración del Concello–, Miguel Sóñara, explica que el trabajo comienza mucho antes. “Facemos un equipo moi bo, somos todos un e estamos moi ben organizados para lograr meter ás cerca de trescentas bestas”, asegura.
Entre la directiva y los socios, la entidad agrupa a unas 40 personas, a las que se suman “veciños, amigos e xente doutras entidades que nos axudan”, comenta Sóñara. “Somos os que chamamos besteiros da Capelada”, explica con orgullo acerca de una tradición que “de cara ao público cumpre 51 anos pero que vén de moito máis alá”.
La organización trabaja intensamente para agrupar a las diferentes manadas de A Capelada. “Comezamos o mércores pola zona do Ouzal, que é a parte de arriba de San Andrés de Teixido. Botamos todo o día enteiro, desde pola mañá ata a noite, para metelas no curro desa zona. Despois esas bestas lévanse ata o curro da rapa”, explica el secretario de la entidad.
Las tareas continúan el jueves y, en la jornada del viernes, “collemos as da zona da garita de Herbeira, no límite con Cariño. É un dos momentos máis impresionantes, cos cabaleiros correndo detrás dos cabalos. Os fotógrafos aquí tolean entre as bestas e as impresionantes vistas. Xuntámolas ao longo do día no curro do Campo da Armada, que é da familia Bouza”.
Estos últimos caballos, unos 200, son trasladados a pie o montados durante unos siete kilómetros monte a través el sábado. “É moi bonito de ver porque igual nos xuntamos unhas sesenta persoas”. Una vez en el curro de la rapa, por la tarde se procede a su desparasitación.
La parte más espectacular de la cita se vive, sin duda el domingo, “coa baixada das bestas para mostrarlle á xente como se facía antigamente”. Sóñara explica que el objetivo antes era “sacarlles as crinas para vendelas e facer con elas pinceis ou colchóns”. En la actualidad, este rapado -además del desparasitado intestinal y del tratamiento externo contra las moscas- busca el cuidado de los animales de cara a la época estival, para que puedan moverse con más soltura entre la vegetación de la zona. “Agradéceno de cara ao verán porque están máis fresquiñas”, comenta Sóñara, indiciendo en que “aínda que moitos nos acusen de maltrato, en realidade, é benestar animal”.
Además de la rapa en sí, el evento cuenta con otras actividades paralelas para el disfrute de vecinos y visitantes.
El domingo habrá sesión vermú y comida popular a base de churrasco y pulpo. También juegos para los más pequeños y, por la tarde, las tradicionales carreras de galope en dos categorías, con premios y trofeos para los tres primeros clasificados.