el brillo del cielo nocturno ha aumentado con la luz artificial entre un 7 y un 10% por año, lo que equivale a duplicarlo en menos de ocho años. Con este cambio, un niño nacido en un área donde eran visibles 250 estrellas probablemente vería menos de 100 estrellas en el mismo lugar 18 años después. Un tercio de la humanidad se ve privada de ver la Vía Láctea cruzando el cielo nocturno, algo que han visto los humanos durante miles de generaciones. Hoy en día ya existen luminarias que permiten ver las estrellas por la noche, mientras se saca al perro de paseo. Los concellos tienen otro elemento para modernizarse y dar que ver a sus vecinos, más allá de farolas fundidas.