Dice la ministra de Sanidad que cada vez queda menos para el momento de la retirada de la mascarilla en interiores. Que su equipo se basa en los datos para tomar la decisión sobre esta medida. Eso de que la tendencia es hacia la estabilización y el descenso del virus que ya hemos oído otras veces. Justo antes de relajarnos y de sorprendernos a continuación por la nueva ola de la pandemia. Pero a lo mejor esta vez es la buena. ¿Por qué no? El impacto hospitalario, que parece que es ahora el único que importa, está bajando y la gente está cansada de no verse la cara. Decidido.