No hace tanto, teníamos tal conocimiento sobre los entresijos del covid-19 y sus mutaciones que podríamos haber impartido conferencias de epidemiología. Cualquier momento era bueno para que alguien diera una improvisada lección de variantes, transmisión y efectos del virus. Lo mismo mientras te pasaban la compra por la caja en el super que esperando el autobús. Pero ahora, cuando hay quien ya ni se acuerda de lo que era llevar mascarilla, hemos perdido la cuenta de la subvariante de la que toca preocuparse. De momento, se llama BA.4.6 –el nombre tiene poco gancho, si la cosa evoluciona va a haber que buscarle otro–, es una descendiente de una variante de Ómicron y tiene la particularidad de que las vacunas son menos efectivas con ella. Por ahora se está extendiendo por EEUU y el Reino Unido, así que si nos fiamos de la experiencia podemos calcular que en otoño la tenemos por aquí. Los que habían guardado las mascarillas, que las vayan buscando.