La huelga en el sector del metal tuvo un seguimiento masivo. Las empresas permanecieron cerradas a lo largo de toda una jornada de protesta en la que no se registraron incidencias y eso es lo más importante. Las industrias asumieron que sus plantillas secundarían el paro y en los días anteriores contactaron con sus clientes para advertirles del cierre, algo generalizado en los servicios como los talleres. Los trabajadores advirtieron de que la de ayer fue la primera gran acción de una serie de movilizaciones que podrían ir creciendo en intensidad si no logran sus objetivos. A ver si las negociaciones prosperan y ganan todos.