Los consumidores son escépticos al conocerse la rebaja del IVA, sospechando que de una manera u otra los supermercados continuarán subiendo precios y terminarán llevándose el beneficio. Es una idea que los expertos respaldan, aunque las asociaciones que los representan insistan en la idea de que las empresas tienen que aplicar la ley y en que el cliente está en su derecho de exigir ese cumplimiento. Los que sí está claro es que el organismo de control de precios es imposible que analice nada porque desconoce cuáles eran los que tenían los supermercados previamente a la rebaja impositiva. Solo queda revisar tickets de compra antiguos para ver el cambio.