Lo que tienen los personalismos es que o eres uno de esos escasos seres humanos que cae bien a todo el mundo o alguien va a estar en contra de tu proyecto aunque solo sea por el hecho de que es tuyo. Y eso, a nivel político, no viene bien. De ahí que el Gobierno esté en plena de campaña de imagen con la reforma laboral, que, según dice, no es de nadie y es de todos. Lo que traducido significa que está poco menos que prohibido usar el nombre de Yolanda Díaz cuando se habla de este asunto. Porque de lo que se trata es de conseguir apoyos. Y en el caso de los del Partido Popular y Ciudadanos, cuanto menos tenga que ver Podemos en la negociación, mejor. Y vista la posición de ERC, que ha dicho con su característico tono indignado que no apoya proyectos personales, olvidarse de que la impulsora de la reforma ha sido Yolanda parece lo más adecuado. Menos mal que ella es de las que se debe a la causa... foto: El Gobierno resta mérito a Yolanda Díaz | efe