En 2050 Rusia seguirá siendo el primer proveedor mundial de gas, aunque su papel en el comercio internacional disminuirá fuertemente -se prevé una reducción en su producción del 40%- al no poder compensar la caída de los suministros a Europa con exportaciones a otros mercados. El aumento de las entregas de gas natural por gasoducto de Rusia a China cubrirá menos de la mitad de la caída de las exportaciones a Europa en 2030. No hay opciones fáciles para Rusia en su búsqueda de nuevos mercados. Estados Unidos seguirá siendo el segundo proveedor mundial. Oriente Medio seguirá siendo la mayor fuente de crecimiento del suministro a corto plazo. Europa ha incrementado sus importaciones de gas natural licuado, lo que ha provocado que los precios del gas en el continente alcanzaran máximos históricos en 2022. Aunque a largo plazo los precios caerán en Estados Unidos, Europa y Asia, a corto plazo es probable que sigan siendo elevados y volátiles.