Mucha prisa le ha entrado a los líderes de la oposición en Galicia por que Feijóo se vaya de una vez para Madrid. Alegan que no se puede gobernar Galicia con la mirada puesta en el partido, aunque ellos sí puedan encabezar la oposición compaginándolo con los cargos orgánicos de su formación y lo consideren lo más normal. Sin embargo, la realidad es que, a estas alturas, Feijóo no es más que candidato a dirigir su partido. Es cierto que pocos tienen dudas de su victoria, pero la realidad es que hasta que hablen los simpatizantes del PP, Feijóo no pasa de ser un aspirante y del mismo modo, nadie cree que pretenda aspirar a La Moncloa desde su despacho de San Caetano. ¿Es posible que en esta ansiedad que muestran haya algo de eso de “a enemigo que huye...” y se imaginan un PP más débil con Feijóo instalado en Génova?