La demanda mundial de petróleo se prevé que alcance su máximo histórico a mediados de la década de 2020. Las políticas de transición energética ya anunciadas en Europa y Norteamérica, las incertidumbres sobre el suministro y los riesgos geopolíticos vinculados a Rusia se han combinado para acelerar el descenso del consumo mundial de petróleo. En ese contexto, se prevé que el precio del petróleo caiga a 64 dólares en 2030 y a 60 en 2050. A corto plazo, sin embargo, esta tendencia general a la baja está sujeta a una gran volatilidad en función del desarrollo de la guerra en Ucrania y la recuperación china. En el escenario se asume que se producirá un cumplimiento de los distintos compromisos energéticos ya anunciados por los diferentes países y administraciones, la demanda de petróleo alcanzará su máximo histórico de 98,1 millones de barriles diarios en 2024. A partir de ese punto se prevé que disminuya de forma constante, lo que hará bajar los precios casi un 20% en 2050.