Moeche se convirtió ayer en punto de referencia de las queserías llegadas de diferentes puntos, que se esmeraron en traer sus más exquisitos productos, pero también de los amantes de este producto. Hay tantas variedades y tantas formas de maridarlo que se cuentan con los dedos de una mano quienes se hayan ido de esta feria sin ningún producto. Los más afortunados, además, se hicieron con generosos lotes de productos en los sorteos. Esperar a la octava edición se va a hacer eterno, pero que sepan que llegará con grandes novedades.