DOMINGO de Resurrección. La Pascua. Toca recoger los bártulos celebrando. Los creyentes, que el Señor vuelve de entre los muertos para perdonar nuestros pecados. Los agnósticos, ateos, descreídos o indecisos, para festejar lo que ha sido una semana que nadie recuerda a tan alto nivel. Ferrol fue, día tras día, un hervidero. Riadas de gente callejeando de un lado a otro, en busca del paso más sentido, la procesión más vistosa y la emoción. Mucha emoción. Sólo hay que ver la panorámica de la Plaza de Armas el Viernes Santo para saber que Ferrol es diferente.