Malas noticias para los turistas que visiten Londres: cuando estén agolpados en las puertas de Buckingham Palace intentando estirar los brazos más que los que tienen a su alrededor para grabar el cambio de guardia y verlo luego en el móvil, ya no sentirán la emoción de pensar que quizá asome de pronto una caravana de coches y la reina vaya en uno de ellos. Porque Isabel II se queda a vivir para siempre en el castillo de Windsor. Más cerca de sus hijos Andrés y Eduardo y con vistas al Támesis. Bueno, igual las obras de restauración de Buckingham, que durarán hasta 2027, también tienen algo que ver. FOTO: Isabel II | EFE