No vamos a pedir su declaración como hija predilecta, que tampoco hay que pasarse, pero cuando se inaugure la reforma de la calle de San Andrés hay una mujer que merece copresidir el acto junto a la alcaldesa. Se llama Maribel Gómez y fue la vecina que advirtió a Inés Rey de que si plantaba 300 moreras en San Andrés el suelo iba a quedar perdido, como lo está el de la Marina junto al parque de mayores. La alcaldesa tomó nota, el plan inicial se modificó y finalmente se plantarán ejemplares de esa especie, pero modificados genéticamente para que no tengan fruto. De buena nos ha librado Maribel.