los docentes están que trinan, los que se dedican a eso de las letras, claro, porque ahora tienen que perder tiempo explicando que Francisco de Quevedo y Villegas no es un regetoneiro y que Rosalía, de Castro, no es una cantante. Los mayores recordarán que en la EXB circulaban, desde los niveles más tiernos, chistes de Quevedo y Jaimito, pero nadie confundía a los protagonistas de las anécdotas y menos cuando se leían capítulos del Buscón en las primeras letras. Ahora hay que aplicarse para que no haya chistes cuando se intenta arrojar luz sobre la literatura del siglo de oro español o sobre el rexurdimento de las letras galegas sin que ningún alumno se ponga a cantar. La nueva ley de educación necesita una ampliación para hacer frente a la transversalidad de materias entre la música y la literatura moderna. Así que no queda otra que contar la historia de entre una rosa y un clavel, su majestad escoja o es coja, como se prefiera leer por cada uno conforme su plan de estudios superado o iniciado.