El fuego que estos días puso el corazón en un puño a los vecinos de Vilagarcía y Caldas tiene ahora en un sinvivir a toda la comarca de O Barbanza, especialmente a los que viven en Boiro y Ribeira. Este incendio, de dimensiones colosales con cerca de dos mil hectáreas quemadas, está arrasando un paraje como A Curota, con vistas espectaculares sobre la Ría. La virulencia del incendio es de tal dimensión que el humo ha tapado el sol, ha ensuciado el aire y hace que llueva ceniza sobre nuestras cabezas. Y donde se vence al fuego queda un suelo gris que nos recuerda la desolación.