Los magistrados del Tribunal Superior de Xusticia de Galicia parece que han aprendido bien la lección después del rapapolvo que les echó el Supremo y ya no dudan a la hora de validar la utilización del pasaporte covid. Desde que se publique en el DOG será obligatorio en las residencias de ancianos, en los gimnasios y los eventos multitudinarios, además de en la hostelería, el ocio nocturno, los hospitales y los albergues turísticos. Es normal. La situación, desde luego, no es nada tranquilizadora. Tanto que Feijóo, por ejemplo, no se atreve a asegurar que pasaremos las navidades sin restricciones. Por lo pronto, la Xunta se limita a aconsejar que se eviten las reuniones masivas, pero ya veremos en qué acaba todo esto si no se frena esta espiral de contagios en la que hemos entrado. Ojalá que la vacunación masiva de los niños y de las terceras dosis para los adultos sirvan para aplacar la capacidad de contagio de Ómicron, esta variante que es posible que no sea tan letal, pero que es capaz de transmitirse casi con solo una mirada.