Nacismo en Canet de Mar

Llevo años escribiendo sobre temas siempre cercanos a la actualidad y cuando algunos vuelven a cobrar protagonismo me asalta la tentación de recuperar lo comentado en su día sobre ellos porque aquellos análisis encajan en su nueva versión.


Eso me ocurre hoy con la situación del castellano en Cataluña. Con permiso del Director, podría reproducir el comentario publicado el 29 de noviembre “La insumisión del Govern” a la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y ratificada por el Supremo, que obliga a impartir un 25% de clases en castellano en los centros educativos de Cataluña.


La sentencia recobró actualidad estos días porque el independentismo descargó toda su ira sobre los padres del niño de un colegio de Canet de Mar que piden su cumplimiento para que su hijo reciba enseñanza del castellano.


Además del acoso de otros padres, un ex profesor de la Universidad Autónoma -tuvo que dimitir en 2018 por mensajes xenófobos contra políticos constitucionalistas- escribió en twitter “me apunto a apedrear la casa de este niño. Que se vayan fuera de Cataluña. No queremos supremacistas castellanos que nos odian”. Y el padre de otro niño, en su locura totalitaria y xenófoba, propuso “Ninguna conversación con ellos. Ninguna invitación a cumpleaños”. ¡Qué barbaridad! Están utilizando las formas del apratheid y del nacismo señalando e instigando a linchar a una familia y a su niño de 5 años.


Mientras, el Govern no solo no acata y cumple la sentencia –“El catalán en la escuela no se toca”, dijo el presidente Aragonés–, sino que “protege” a las familias independentistas que acosan a todos los padres que, amparados por la ley, reclaman la enseñanza de la lengua oficial del Estado en el colegio donde estudian sus hijos. El Consejero de Educación no tuvo una palabra de amparo para la familia “señalada”, pero da la razón a los que protagonizan la cacería de un pequeño de primaria y de sus padres.


La turba de independentistas que se manifestó el viernes con la complacencia del Govern pidiendo ¡que no se cumpla la ley! es una muestra de fascismo y envía al mundo una imagen demoledora de Cataluña que no solo no defiende el derecho a estudiar en castellano, sino que llama al desacato a una sentencia judicial, algo insólito en un Estado de Derecho. ¿Es esa la república que quieren construir?


El Gobierno de España “rechaza y condena” el acoso, pero abandona a la familia y al niño, “no nos corresponde actuar, es competencia de la Generalitat”, dice la ministra Alegría. Tampoco defiende la legalidad. ¿Es esta la forma de “cumplir la Constitución de pe a pa”, que defendía el presidente Sánchez en el 43 aniversario de la Carta Magna?. Juzguen ustedes.

Nacismo en Canet de Mar

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