Cuando la ciudadanía no percibe empatía por parte de sus gobernantes surge un sentimiento de impotencia que se mezcla con perplejidad. No entendemos como puede ser que no nos entiendan, que seamos nosotros los portadores de una mochila tan pesada que nos asfixia y que, por demás, no la hemos cargado nosotros. Los presupuestos generales del estado propuestos por el gobierno de Psoe y Podemos que serán aprobados con el apoyo de Bildu, Esquerra Republicana y demás socios de Pedro Sánchez, recogen, según las informaciones filtradas, un nuevo “catastrazo” que supondrá un incremento de la carga fiscal para todos los ciudadanos. En un momento de crisis en el que todo vale menos, el gobierno decide engordar sus ingresos a costa de los sufridos “paganinis”. No hay más que pasearse por las calles de cualquier ciudad de España para ver carteles de “se vende o alquila” y miles de pisos ocupados por inquilinos que asaltan con gran impunidad la propiedad privada con el apoyo explícito de los gobernantes.
Al mismo tiempo, el gobierno anuncia ayudas a los jóvenes que, curiosamente, podrán votar por primera vez en las próximas elecciones generales. 400 euros para cada uno para que puedan comprar video juegos mientras en las casas de sus padres no se llega ni a mediados de mes y las neveras están vacías. También sabemos que con nuestros impuestos se contrata en el ministerio de Irene Montero a condenados por los tribunales por acciones violentas contra la policía o a asistentas para cuidar a sus hijos, los de Irene, con cargo a los fondos públicos. Reconozco que a Sánchez no le acompaña la suerte , la retahíla de desgracias que padecemos bajo su mandato es ya incontable, mala suerte sí, pero algo tendrá que ver su gestión porque lleva tres años en el cargo y no acabamos de percibir beneficio alguno.
No parece creíble que Sánchez no se entere de tanto sufrimiento, todo hace pensar que no se quiere enterar y que pesa más su sectarismo que su sentido de estado. Las encuestas sitúan a Sánchez fuera de la Moncloa y su guerra no es por mejorar la situación de los españoles si no por recuperar votos por la izquierda sacrificando para ello el voto centrado y moderado que históricamente le ha dado gobiernos al PSOE para mantener al país en la centralidad política que es desde donde se progresa.
En este sálvese quien pueda de Sánchez, nada parece tener límites, sus decisiones son indolentes, frías, ajenas totalmente a la empatía que le solicitamos, que necesitamos. Hace ya algún tiempo que vengo denunciando la destrucción de la clase media española, hoy debo certificar su muerte.
Esa franja ancha de la base social que daba estabilidad y que era el gran soporte de la economía española ha desaparecido. Hoy quedan ricos y pobres y, quizá, “riquiños” con el vértigo de la pobreza acechándoles. No es accidental esta destrucción, una clase media fuerte no aceptaría que los extremos tocaran gobierno y Podemos sabe que solo ampliando la pobreza puede calar su mensaje populista y falso que está arruinando a países latino americanos a pasos agigantados y que es el modelo que pretenden para España. Sánchez alimenta a esa izquierda asilvestrada con la que quiere gobernar y que, al final, se llevará por delante al propio Sánchez. Del Psoe no queda nada una vez que el presidente ha decidido enterrar la social-democracia. Ya se enterará….