Más allá de la falsa denuncia de la agresión homófoba en Madrid, lo que es cierto es que en este país se han incrementado de manera muy alarmante los delitos de odio. También es verdad que no son los ataques contra el colectivo LGTBIQ+ los que más crecen. Por orden de incremento, primero están los ataques contra los discapacitados, seguidos por los indigentes, los racistas e incluso contra los gitanos. Es cierto que también hay ataques homófobos, por supuesto, y que también se han incrementado, esa es una verdad indiscutible y además preocupante. Tal vez, para acabar con esta realidad, sería bueno que nuestra sociedad aprendiera de Ibrahima y Magatte, los dos senegaleses que salieron en defensa de Samuel Luiz. En el momento de su agresión la calle estaba abarrotada, pero todos menos estas dos personas, se dedicaron a grabar con sus móviles o mirar para otro lado. Ellos no transigieron con el ataque y pusieron incluso su vida en peligro por defender al joven. Ahora serán hijos adoptivos de A Coruña. Ojalá a todos se nos contagie su valentía y humanidad.