Desmontaje estatal

Si leemos a expertos mundiales en macroeconomía y política, podremos ver que la mayoría coincide en unas conclusiones comunes para que un país salga adelante y sus ciudadanos disfruten de un nivel de vida y democracia aceptables.


D. Acemoğlu, A. Robinson, F. Fukuyama, A. Smith, M. Weber, por citar algunos, aunque discrepan en algunas teorías, como la influencia de la geografía y el clima en el desarrollo de un país, coinciden a la hora de dar “recetas” para salir adelante y salvar crisis de cualquier tipo que pueden afectar a un sistema político.


Citaremos: instituciones sólidas e inclusivas, evitando las extractivas, las oligarquías y clientelismo. Un centralismo mínimo que permita un Gobierno fuerte y sólido, en aspectos como educación, sanidad, administración de justicia independiente, administración pública, con mínima burocracia y funcionarios profesionales en base al mérito; enseñanza exigente, basada en el esfuerzo y calidad -no politizada-; Fuerzas Armadas y de Seguridad del Estado centralizadas.


Sistema electoral justo que no favorezca determinas regiones. Evitar a populistas que se dediquen a buscar las diferencias a base de marginar al idioma común; hacer pensar a la población que son de etnias diferentes -la raza superior- e intentar, por todos los medios, separar el sentimiento entre Nación y Estado.


Buscar verdaderos profesionales, con experiencia para ocupar puestos clave que planifiquen al largo plazo y en consecuencia no desborden el déficit público.


Si reflexionamos acerca de estas pautas, y observamos la política actual, da la sensación de que, tanto el Gobierno Central como los partidos independentistas, han leído la lección para aplicarla, justamente al contrario.


Nuestra historia siempre fue difícil, basta recordar la triste carta de despedida del Rey Amadeo de Saboya -al pobre creo que lo trajeron engañado-: “Si fuesen extranjeros los enemigos de su dicha, entonces, al frente de estos soldados, sería el primero en combatiros; pero todos los qué con la espada, con la pluma, con la palabra agravan y perpetúan los males de la nación son españoles “.


Otra conocida frase va por el mismo camino: “España es el país más fuerte del mundo: los españoles llevan siglos intentado destruirlo y no lo han conseguido”.


Pero insisto, seamos optimistas, quedémonos con una reflexión de una conocida cineasta y articulista que leía semanas atrás: “verás que es posible salir de casi todos los baches, maltrecha, magullada, herida. No siempre más sabia, a veces confusa, pero sales”


Nadie podrá con un gran país, nadie logrará el desmontaje estatal.

Desmontaje estatal

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