Occidente todavía no se cree mucho lo que ha pasado en Afganistán. Ahora mismo, todos los esfuerzos se centran en sacar del país a todos los ciudadanos que se pueda pero esa macrooperación de evacuación tiene fecha de caducidad: el 31 de agosto. Biden insinúo que, a lo mejor, esa fecha había que ampliarla, pero esta posibilidad ya fue rápidamente contestada por los talibán que aseguran que llegar a septiembre con tropas extranjeras en su territorio “tendría consecuencias”. Parece que a los integristas se les comienza a caer la careta de moderación (si es que alguien se lo creyó en algún momento) y si alguien no lo remedia, podemos estar caminando hacia un nuevo enfrentamiento militar abierto en un país que lleva demasiadas décadas en guerra o en manos de sátrapas, como su expresidente, Ashar Ghani, que huyó del país con 169 millones de dólares en metálico. Era tal la cantidad de dinero que casi no entraba en el helicóptero que se encargó de sacarlo del país. Y luego nos preguntamos los motivos por los que ese país es como es.